Les saludo de nuevo desde este
portal del que me ausenté adrede durante unos días. Y lo hice porque estaba en
la convicción de que escribir, como por hábito, durante cada día puede resultar
cansino. Además, como bien saben los que siguen mis diarias divagaciones, ando
también enfrascado en la cosa de “producir” vídeos en los que les cuento lo que
buenamente me parece. Y es cosa que también me satisface y lleva su tiempo.
Así que, por unas y otras cosas se me fue el santo hasta el cielo y hoy he
vuelto para rezarle.
Nos acaba de anunciar el
presidente que se va a ir aflojando un poco la cuerda que pende sobre nuestros
pescuezos. Aunque visto lo que, a lo largo de estos días, hemos tenido la
ocasión de poder ver, con la salida de los tiernos infantes, albergo dudas al respecto
de que sea esta una medida oportuna porque no sirve de nada, y además supone
una vuelta atrás que puede ser catastrófica, el salir cada tarde al balcón a
aplaudir, si después el personal se pasa por la entrepierna las normas mínimas
de convivencia al echarse a la calle con sus hijos. Menos aplaudir, aunque esté
bien el hacerlo, y más compostura, civismo y respeto hacia tanto profesional
que se está jugando la vida en este empeño y, que si el bicho se revuelve con
más ímpetu, habrá de aguantar las consecuencias de las acciones de tanto
irresponsable suelto sin bozal y sin control.
Al parecer, a finales de junio,
aunque ni el gobierno lo sabe, se podrán abrir comercios, bares y playas de una
manera “gradual, asimétrica y coordinada” por fases y sin movilidad de una
provincia a otra. Podremos ir a un velatorio pero jamás a una segunda
residencia. Se podrán, (… esto es la hostia) abrir locales donde se den
comidas, pero sin gente dentro. La cosa del curso escolar no se reanudará hasta
septiembre, pero en la fase 2 se podrán abrir algunos centros para recuperaciones
o ayudas para los padres que tengan que ir a trabajar. En el asunto de la
cultura, los museos se podrán abrir completando un tercio de su aforo, los
actos al aire libre no podrán sobrepasar las 200 personas siempre que estén distanciadas
y algunos rodajes podrán comenzar, mientras que cines, teatros, exposiciones y espectáculos
no podrán exceder de las 200 personas al aire libre y las 50 cuando se trate de
lugares cerrados. Yo me entero solo a medias y encuentro tantas contradicciones
que esto me parece más complicado, y mira que era negado para ello, que un jeroglífico, de los que traía el ABC en los
años en que, siendo tierno infante, lo leía en el Casino. Ya veremos.
El pistoletazo de salida, como en
los rodeos de los yanquis, llegará para los adultos el próximo sábado. Y me da
que, viendo el despiporre de estos días con los pequeños, será asunto dificultoso
y complejo. Sobre todo porque, teniendo como tenemos tanto erudito con un par
en la nación, no faltara quien haciendo uso de estos, y al grito de “por mis huevos”,
haga lo que buenamente se le pase por ellos poniendo en peligro a quien este haciendo
uso de su derecho con la debida prudencia y cordura. Reclamo y exijo, aunque mi
voz sea insignificante y su grito intrascendente. que el líder de la oposición
se defina y diga lo que piensa de todo el batiburrillo que anuncia el gobierno.
Sobre todo, para que después no diga, a toro pasado, digo donde dijo Diego.
A Cristóbal Serrano Sánchez, que vive
en Córdoba, le tengo aprecio desde los tiempos en que mi infanta de los lloros
se empezó a sonar los mocos. Sobre todo porque fue su buen maestro en esos años
en que el árbol es pequeño y consiguió, con total dedicación y empeño, que este
creciera derecho y asimilando que la perseverancia y el esfuerzo siempre
conllevan un premio. Me cabe la certeza de que es hombre de ideas claras y de
mente abierta. El otro día escribía que hay familias que “están sufriendo mucho”.
Una, sin ir más lejos, que acababa de ver en el supermercado con vales de Caritas
y la Cruz Roja por un importe máximo de 50 euros. Advertidos por el cajero de
que llevaban más de lo permitido y el máximo era de 50 euros, dejaron los
yogures y los lácteos, y salieron del establecimiento mientras se dirigían al
coche, móvil y tabaco en mano, comentando que habían de llamar al teléfono de
los servicios sociales para que les fuesen preparando otro vale.
Y se pregunta
mi buen amigo, que país es este donde se permite que haya gente que vive de
"la caridad subvencionada" sin haber dado en su vida un palo al agua,
Y a su vez reclama que, quien corresponda, ponga coto a
este desmadre. Es algo que viene pasando desde hace tiempo. Y cuestión de muy difícil
solución porque siempre hay quien aprovecha la desgracia de quien
verdaderamente lo necesita para su propio beneficio. Vivir del cuento que se
llama.
Hoy se nos fue Michael Robinson.
No soy muy de los programas deportivos pero era un hombre que me atrapaba con
su peculiar manera de narrar el fútbol.Será difícil enchufar la televisión
para ver un partido y no escuchar su voz al otro lado. Tenía una virtud a la
que muchos aspiran y queda solo para unos cuantos elegidos: el don del verdadero carisma y la más poderosa autenticidad. No sé donde lo he leído y lo encuentro
muy acertado. Descansa en paz amigo.
Me voy en esta mi vuelta a los
ruedos. Si tienen tiempo para dedicarlo a alguien, no se queden parados mirando
el reloj. Adelante.
Buenas, Mauro. Miedo me da lo que pueda pasar en esta desescalada en fases ininteligibles. Pero entre la falta de sentido común y el superavit de picaresca que nos caracteriza, poca fe tengo en que las cosas salgan bien. En cuanto al fallecimiento de Michael Robinson, con el que despides tu artículo, yo solía oírle en su programa "Acento Robinson" que se emitía los domingos en Cadena Ser. Me encantaban las historias que compartía, que destacaban el lado más humano y luchador del deporte. Me gustaba su forma peculiar de comunicar, con ese acento tan británico que nunca le dejó. Se ha ido muy joven. Si tienes ocasión de escuchar algún podcast, permíteme la recomendación. Un saludo
ResponderEliminarHola amiga. Pasará lo que ya está pasando. Que el personal hace lo que se la pasa por el forro y después, si coge fuerza de nuevo el bicho, culparan al gobierno de sus desgracias por haberlos dejado salir de casa. En este país sigue habiendo much@ acémila que,(... unos versados y con sus carreras y otos, ceporros y zafios de los que no saben hacer la o con un canuto) , se creen con más capacidad que Simón para hacer frente a la pandemia. Y con tanto erudito suelto ya me contaras.
EliminarA mi de Robinson, al que escuchaba muy de vez en cuando, me encantaba su campechanía y como no se cortaba un pelo a la hora de mandar a cagar leches a sus compatriotas. Era único. Gracias por llamar. Saludos de vuelta.