Voy a ver si después de unos días
sin darle a las teclas, me sale algo digerible y digno de consideración. Como
habrán visto por esos mundos de Internet, ahora también me ha dado por grabar
vídeos, con poesías de los autores que siempre me gustaron y otros retales de
vida, que iré desgranado como buenamente pueda y me vaya apeteciendo. O sea que,
ya saben, como las moscas, de flor en flor y de mi…. en mi… Mejor callar.
Y entrando en faena he de
decirles, que me siento indignado, y aunque lo haya dicho cien veces lo habré
de decir otras mil, por el inmundo aprovechamiento que de esta situación están
haciendo los partidos de la oposición que se dicen leales, al menos uno, y
hasta demócratas. Oía esta mañana en la radio a un oyente argumentar, ante la
tormenta desatada por las declaraciones hechas ayer por el Jefe del Estado
Mayor de la Guardia Civil, que “estamos en una dictadura porque el gobierno ha
ordenado a la Guardia Civil que impida a los medios que informen y digan la
verdad sobre la situación”. Después también se lo oí decir, a alguien más
cercano, que ahora se dice apolítico y que, como todas las aves que cojean de
ese pie, es más de derechas que Blas Piñar, que en paz descanse, aunque jamás
lo reconozca. Le temo casi más a ese bicho, al apolítico digo, que a este invisible
que nos anda visitando. Y le temo porque no se extingue y hace daño.
Huelo que hiede este vil
argumento. Y miren que parto de la base de que desde el principio, y es cosa
que creo haber expuesto en anteriores escritos, no he visto jamás oportuna,
desde mi humilde capacidad de análisis y observación, la comparecencia diaria
de los técnicos responsables de la Policía Nacional y la Guardia Civil. Sobre
todo, porque aparte de innecesaria, denotan una evidente falta de soltura y preparación,
que además encuentro lógica porque no están en la obligación de tenerla para el
desempeño de su labor, en el asunto, siempre espinoso, de las conferencias de
prensa con su oratoria. Y es esta circunstancia que aprovechan impunemente los
pájaros de siempre para obtener manjar de la carroña.
Es demostrable, y a poco que te
manejes mínimamente en las redes lo compruebas, el grado de infamia y calumnia
que se está produciendo. Me llega un
vídeo en el que, con un montaje deplorable, se ve a Pedro Sanchez, Pablo
Iglesias y señora paseando, a ritmo de salsa, un féretro. Deleznable. También
unas declaraciones de Page, al que harán que adore sin que haya sido jamás
santo de mi veneración, recortadas y manipuladas para que solo hagan referencia
a un tema que, sacado de su contexto, no tiene nada que ver con lo que está exponiendo.
Hoy he visto otro en el que se ve, saliendo del Valle de Los Caídos, el ataúd del
dictador que asoló este país durante cuarenta años, mientras la leyenda impresa
en el mismo dice que se utilizaron 22 cámaras para el evento, y ahora no se
utiliza ninguna para filmar los ataúdes de quienes están muriendo. Al menos yo, he visto más veces de las que
quisiera las morgues llenas de féretros en el Palacio de Hielo madrileño. Pero tendrán
que ponerlo como el Sálvame, todos los días y en horario de máxima audiencia. Y
el colmo, es que veo otro montaje en el que se ven unas enfermeras con las clásicas
cartulinas en las que pone QUEDATE EN CASA.
No tendría nada de reprochable si no fuera porque le han añadido
FOLLANDO. De mal gusto y denigrante. Como todo lo que van maquinando. Del expresidente,
y su paseo pasándose por el forro lo que debe de hacer por ley, no entonan nada
los tambores del facherio.
Y eso, que habré de decir decenas
de veces que nada tengo en contra de quien piensa de manera diferente a como yo
lo hago. Pero que lo haga desde el respeto y sin mentiras. De no ser así
tampoco merece el mío y lucharé por que prevalezca este.
Me voy a marchar por hoy pidiéndoles
que se den cuenta de que sentirse a gusto con uno mismo no suele tener que ver
mucho con la riqueza y el atesorar. La felicidad no llega nunca a través de un
cheque o un giro postal. Porque aunque el entretenimiento lo puedan comprar, un
corazón sereno y alegre, ese que hace al hombre feliz por aquello que tiene, no
se compra en ningún sitio.
Sean felices y repartan
felicidad.
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