Sería
un buen síntoma que cualquier día, al despertarnos el reloj como canto de gallo
en la mañana, no lo apagásemos de mala leche. Sería bueno también que por la
mente no asomase la desgana y la desidia al enfrentarnos al quehacer cotidiano.
Estaría de perlas, que los unos y las otras caminásemos al romper la alborada
por la calle con el andar resuelto y en buena sintonía y que el tendero no
engañase a las Marías. Que Juan apreciase a Pedro y viceversa y que ambos
entrasen tranquilos al bar sin temer encontrarse con José, a quien repudian y
odian desde hace años por una disputa banal que jamás condujo a nada.
Por ello, sería
también un buen detalle que Juan, Pedro y José diesen su brazo a torcer y un
buen día se fundiesen en un abrazo y lo celebraran con unas cañas de cerveza,
para que todo quedase en agua, en agua de arroyo que se lleva el olvido. Sería
bueno también, curativo y saludable, que se pudiera servir a quien sirvió y que,
en contrapartida, se pudiera pedir a quien en tiempos pidió. Por ello sería de
agradecer, de premiar y gratificar, que todo fuese limpio y como está
dispuesto, que estuviesen siempre presentes la buena conciencia, el sentido
común, el buen hacer y la prudencia y que hiciésemos de todas las palabras de
Serrat, que todo sea como está mandado y que nadie mande. Y también
sería bueno, sin espantarnos por ello, no llamarle al blanco negro y al negro
blanco, andar por la vida sintiéndonos útiles y serviciales, aun deseando, que
por unas horas o por unos días la parte ancha del embudo fuese para el que
sufre la estrecha y la estrecha para aquellos, que sin mesura disfrutan de la
ancha. Sería por último deseable, citando de nuevo a Serrat, todo un
detalle, todo un síntoma de urbanidad que no perdiesen siempre los mismos y que
heredasen de una vez los desheredados.
Amigo Mauro: Me temo que, -aún siendo tus intenciones de lo mas normal que podría suceder- la aborregada sociedad en la que nos ha tocado convivir, da muestras de todo lo contrario a lo que el manual de las buenas (añadiría yo) y sanas costumbres deberían imponerse, pero por desgracia no es así. Raro es el día que no tengo que soportar desplantes, gritos, verborrea rayando en lo obsceno y un sin fin de barbaridades que no hayas podido comprobar por ti mismo. Es una pena que la sociedad en su conjunto haya perdido los valores. El abuelo no pinta nada, es un ser al que hay que apartar a manotazos hasta el mas mugriento rincón del olvido, ya no sirven aquellos consejos de los padres, ahora se les llaman "pasados y no estar en la onda". Para lo que han quedado, es para sacarle las castañas del fuego, y no vayas a pensar que lo piden "por favor", ¡¡lo exigen!!.
ResponderEliminarNo seré yo quien diga que toda la juventud y el conjunto de la sociedad está echada a perder sin remisión, pero dadas las circunstancias del frenesí que lleva esta vida, a pesar de ser optimista por naturaleza, no creo que yo vea un cambio tan radical en muchos años.
¡¡Ojalá me equivoque!!
Un abrazo.
Pepe
¡Cuanta razón llevas amigo Pepe! y no me extraña nada que tengas que soportar tantas mezquindades porque un servidor está acostumbrado a dar los buenos días y que le contesten con premura:¡un café con leche!. Los valores y digamos, por mentar alguno, ser honesto, sincero, digno o humilde se aprenden con el vivir cotidiano, pero también se enseñan y los progenitores de hoy en día, con excepciones por supuesto, velan por que sus vástagos y hembras sean los primeros en el redil de borregos y obvian enseñarles lo que es en esencia el ser humano. ¿Que podemos esperar de una sociedad, que como bien dices, utiliza a los abuelos para criar a los nietos mientras les queda resuello y después los abandona como enseres inútiles e inservibles a la puerta de un "hotelito de cinco estrellas" llamado geriátrico?.
EliminarAl final anduviste por el pueblo y no nos vimos. El día anterior a la romería lo pasé en Las Virtudes preparando y limpiando la casa para que pasaran un buen día la familia y los amigos, porque el 8 hube de trabajar durante toda la jornada. Es lo que tiene este puñetero oficio. Un abrazo y otra vez será.
Yo amigo mio, quiero ser optimista, quiero pensar que no esta todo perdido, que aun seremos capaces TODOS! de echar el freno a tanto desproposito, de recoger las velas que un día alegremente tiramospor ser algo pasado e inservible, sin darnos cuenta que pudiera llegar un día que nos cortaran la corriente facil, y tuviéramos que alumbrarnos con ellas. Lo que es menesterque que dichas velas al ser como son, de un material tan frágil, cuando queramos recogerlas nos las encontremos tan desechas que sea casi imposible recomponerlas. Espero que nos demos cuenta a tiempo, por que me temo que esa luz tan facil y brillante que solo con mover un dedo nos iluminaba, como todo espejismo tiende a desaparecer.
ResponderEliminarTambién un servidor de usted trata de ser optimista. Solo ocurre que se da cuenta de que hay valores que se están perdiendo en ese limbo que este Papa dice que ya no existe. El mundo rota Victoria y la vida con su historia se repite. Por ello, no es difícil que en otros contextos volvamos a vivir situaciones que creíamos olvidadas y añejas. Solo ocurre que los que tenemos una edad capeamos como podemos el temporal, pero ¡ay! de las nuevas generaciones que habían tocado el cielo con la punta de los dedos y ahora observan como el suelo que pisan se resquebraja a su paso. A esos pobres les tengo sincera lastima. Un abrazo.
EliminarMi pensamiento se asimila al de Victoria. Alguna vez escribí por ahí que íbamos a volver a transportarnos en caballos, y que algunos que hoy llegan a su banca del congreso a bordo de sus audi,tendrán que ir al galope de sus corceles - si los saben guiar - o transitar en patineta.Por ahora,todavía nos podemos permitir suspirar mirando la rotundez de luna,mientras leemos el texto de este blog amigo.Cordiales saludos.
ResponderEliminarLlevas razón Beatriz pero discrepo en algo y te cuento.¿Tu crees de verdad que los pudientes politicastros renunciaran a sus prebendas y lujos?. Antes hundirán en la miseria a todo bicho viviente con tal de seguir gozando de sus privilegios. Gracias por pasar una vez más por mi casa. Un abrazo,
EliminarSobre todo que Juan, Pedro y José se tomaran esas cañas que bien dices que se han de tomar, que muchas veces se llega a discusiones fatuas y vacías de contenido en muchos aspectos de la vida (política, fútbol, amoríos...) que no tienen ningún sentido. En cualquier caso no sé si a ti te pasará lo mismo, pero con los actuales dirigentes del país tengo la sensación de que la división de la sociedad y la toma de partido por uno u otro bando es algo deseado, incluso diría perseguido, por los chicos de Mariano, al objeto de polarizar la sociedad de este país (donde históricamente siempre nos ha gustado militar en bandos contrarios).
ResponderEliminarComo siempre, buen artículo amigo Mauro. Un abrazo.
Fíjate amigo Daniel, que este texto debe su nacimiento a la época en que en el pueblo empezó a existir la PVISM. Un servidor, como bien sabes, tenía y tiene amigos en este partido y también los tenía y tiene en el de enfrente del que además había sido parte vital unos años de su vida. Tan hasta los huevos, con perdón, estaba de tener que dar explicaciones más a los unos que a los otros que terminé escribiendo este retazo de lo que a mi juicio era una buena manera de ir pasando por el cotidiano vivir. Saludos y gracias por estar ahí.
EliminarHum...yo lo de levantarme de buen humor, sí, salgo a la calle como aquella mujer del poema bendito de Aleixandre, a abrirle las puertas a la aurora... y lo de que hereden los desheredados también me gusta, sí...pero si tengo que aguantar a Pedro ahí ya no, Maurito, vengo de muy mal humor porque he tenido que bajarme de las montañas. Nací en un lugar que podría definir al paraíso, lo único malo, es que, aunque poco, está habitado :D
ResponderEliminarMe alegro mucho de poder venir hasta tu casa y dejarte un abrazo.
Veo que te quieres convertir, entre montes y montañas, en grácil ermitaña anacoreta y te juro que hasta me das envidia.Me alegra que se levante su merced de buen humor porque será bueno lo que transmita y también me gusta que le guste a su vez que herede algo el que poco tiene y si no quiere aguantar a Pedro, que le vamos a hacer. Bastante mérito tiene el aguantarme a mi de vez en cuando. ¡Que no daría yo por conocerla bebiéndonos unos vinitos y platicando!. Un abrazo, siete besos y a vivir que son tres días y a mi, como soy más viejo, me que da menos...
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