No hacer jamás
aquello que no queremos. Añadir esta máxima como algo vital al discurrir de
nuestro cada día no es una tarea sencilla. Y además es algo por lo que, de
hacerlo, pagaremos un precio muy alto. Ser coherente y comportarse con la
dignidad que ello conlleva nos apartará del extenso rebaño de los tiralevitas
que progresan en la vida sin importarle los cadáveres que dejan a su paso.
Nadie debería obligarnos jamás a hacer aquello que no queremos, porque lo
máximo que podemos pagar por ello es la vida. Y esa, solo es nuestra. Pero
ocurre que, las más de las veces, y en el transcurrir cotidiano, el costo suele
ser mucho más bajo porque el personal se coloca una venda sobre los ojos, se baja
los pantalones y traga. Aunque después proteste en la barra del bar mientras se
toma unas cañas. A base de prepararse, los ignorantes, terminan por parecer
siempre sabios. Aunque sean tontos sin tener que hurgar mucho.
Dicen que lo primero que aprende un estudiante de economía al
llegar a la facultad es que la insuficiencia de medios, cuando llega una
pandemia como la que estamos sufriendo, se produce porque los recursos que
tenemos son escasos. Y les enseñan que hay que elegir. Exactamente igual que,
según las noticias que vamos leyendo y escuchando, han de hacer los sanitarios
cuando no disponen de respiradores con los infectados por el virus que lo
necesitan. Pero es mentira.
Escribe Juan Torres López: “En nuestro planeta
no hay escasez de recursos, no falta dinero, sino que hay un orden de
prioridades que antepone el beneficio, el armamento, el despilfarro y su
concentración en pocas manos, a la satisfacción de las más básicas necesidades
humanas. Eso es lo que de verdad explica que los recursos y el dinero que
sobran en nuestro planeta, y que pueden proporcionar una vida digna a todos los
seres humanos, no se utilicen para ello. Un respirador cuesta unos 15.000 euros
y, aunque las comparaciones resulten odiosas, pueden servirnos para que nos
hagamos una idea de la magnitud que usamos para según qué cosas. Por poner unos
ejemplos: con lo que ha cobrado cualquiera de las figuras del futbol europeo se
podrían haber comprado unos 2000 respiradores. Con el presupuesto anual de uno
de los grandes de la División de Honor del futbol español 45.000. Y 140.000 con
el importe de los 346 carros blindados que el Estado va a adquirir para el Ejército
Español de aquí a 2030”. Poco que añadir porque, como bien dice el refrán “a
buen entendedor pocas palabras le bastan”. Aunque sigan discutiendo tan
evidentes razones los del eterno erre que erre.
Entretanto, la presidenta de Comunidad de
Madrid, de cuyo nombre no quiero acordarme, ha colocado a otra de su misma
cuerda, de cuyo nombre no voy a acordarme tampoco, hija del ideólogo de la
privatización sanitaria del PP, a gestionar la crisis de las residencias
madrileñas. Según leo, carece de experiencia relevante en el sector y su
trabajo ha provocado malestar entre los profesionales de la Sanidad Pública. Y
la coordinación del asunto se está canalizando a través de una supuesta empresa
llamada Cardio Lider, que no está registrada como tal en el registro mercantil,
y que solo es una mera marca comercial utilizada para la comercialización de
desfibriladores. Vamos, que, más o menos, como si me voy yo a pilotar los
mandos de ese avión. El PP, una vez más, en estado puro.
Ah, lo olvidaba. Que dice Casado, en su eterna
disposición por ayudar, que rechaza unos nuevos pactos de la Moncloa que ni
serán, ni se esperaban. Afirma, sentando cátedra como siempre, y al igual
que lo hizo su padrino Aznar, que lo que busca el gobierno es( …y esto es
fuerte), un cambio de régimen en España. Y es por eso que desanconseja acuerdos
con “quienes quieren implantar en España el Populismo chavista” y proponen
estos cambios porque lo que buscan es un cambio de régimen encubierto. Y después
se queja de que no le tienen en cuenta. ¿Y quién lo haría no siendo de su misma
cuerda? Es de miserables, con la que estamos pasando, la aptitud de este
personaje.
Veo en un vídeo como se culpa al gobierno (…
faltaría más) del cierre de algunos canales de Youtube. Que yo sepa es Youtube,
siempre, quien cierra los canales que infringen sus normas. Además, se quejan
en el mismo de que nos hayan confinado quince días más, aunque (… y esto ya es
la repera) dicen entenderlo. Y se afirma también que “el gobierno nos tiene que
informar, (… como si no lo estuviese haciendo, sin cumplir todas las
expectativas, algo mejor que lo hizo el PP cuando el 11-M) porque “nos han
encerrado sin darnos explicaciones y si salimos a la calle nos fríen a multas”.
Que no lo hagan y verás. Además, se puntualiza también que:” están dando dinero
para cerrar canales de televisión en vez de utilizarlo en la compra de los
necesarios test”. En fin, que parece como si el encierro nos estuviera
calentando la sesera hasta llevarnos a la paranoia. Ustedes dirán.
Y eso, que, para reconciliarse con su vida,
conténtense con lo que tienen, con las circunstancias (… y esto se que es
jodido) que jamás escogieron y con aquello que poseen, aunque no sea lo más
hermoso y en la casa de su vecino, al menos aparentemente, todo parezca mucho
mejor.
Parece que el bicho cede. Aunque no
habremos de tocar las campanas por si las moscas. Hoy me quedo con mi apreciado
Neil Diamond. Buenas noches y que el soñar les sea placentero.
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