Como mandamientos:

Es bueno ir a la lucha con determinación, abrazar la vida y vivirla con pasión. Perder con clase y vencer con osadía, porque el mundo pertenece a quien se atreve y la vida es mucho para ser insignificante.
Charles Chaplin

A veces uno sabe de que lado estar simplemente viendo los que están del otro lado.
Leonard Cohen

martes, 14 de abril de 2020

Diario de Incertidumbres. 14 de Abril




   A cierta edad, cuando me presentan a alguien, ya no me importa si es bueno, malo, rico, pobre, negro, blanco, judío, musulmán o cristiano. Me basta, y me sobra, con que sea un ser humano. Peor cosa no podría ser. Lo decía Mark Twain en su vejez y hasta llevaba razón.

    Salir cada noche al balcón a aplaudir a los médicos y sanitarios en señal de reconocimiento a su labor y también, porque no decirlo, por miedo a la muerte que todos tenemos, en mayor o menor medida, es algo lógico y hasta de recibo. Lo que es una doblez falsaria es que muchos de los que ahora aplauden en ciudades y pueblos, votaran a los que llevaron a cabo las privatizaciones, los despidos y los recortes sanitarios que pusieron de patitas en la calle a miles de profesionales de la Sanidad. Y no solo lo hicieron una vez. Su pecado es doble porque reincidieron. Por eso, ahora, se les tenían que caer las manos mientras aplauden con un total y despreciable fariseísmo. Así lo dice, con mis añadidos y raspaduras, Milagros Bedoya junto a un gran cúmulo de verdades en Facebook y siento que es un pensamiento muy acertado y cierto.

   “Y parece mentira que, cuando más información tenemos a nuestra disposición, nos cuelen un mayor número de mentiras. Y no solo nos las cuelan. Hasta triunfan. En medio de una pandemia terrible, la saturación de mentiras, basura y bulos en España desprende un olor tan fétido que obligaría a todas las personas y partidos de bien, si los hubiera, a movilizarse para desmentirlas. ¿Por qué no se hace?¿Por qué no pasa? Sencillamente, porque se están utilizando políticamente para desestabilizar a un país que tiene, a fecha de hoy, más de 17.000 muertos, 169.000 contagiados y a 40 millones de personas metidas en sus casas.

   Junto a las fronteras se han levantado las trincheras partidistas dentro de las cuales todo vale. Así, el ingreso mínimo o la renta básica, que reivindica hasta el Papa Francisco, en España se convierte en la prueba irrefutable de que nos gobiernan comunistas de la guerra fría soviética, o de la guerra caliente bolivariana, mientras se difunde que se van a expropiar viviendas particulares o nuestro dinero en el banco aterrorizando gratuitamente a las personas mayores. O nos llega la última barbaridad de VOX asegurando que se está practicando una eutanasia feroz en las residencias.

  Todo vale porque algunos han olido sangre en la desgracia. Que este era un gobierno con debilidad parlamentaria lo sabíamos desde las elecciones. Por ello, la tentación de derrocarlo se impone a la necesidad de poner primero a salvo vidas y luego proteger a los más vulnerables. De la ultraderecha no podemos esperar que quiera a los españoles. Ellos solo se quieren a sí mismos. Y los de Torra, que son poco más o menos, andan ahora delirando porque reciben un número de mascarillas, dicen, que coincide con una fecha histórica.

   Pero que el PP no se aparte de la utilización política de esta tragedia y algunos de sus dirigentes hayan difundido esas mentiras hiela literalmente el corazón. Esto no va de criticar al gobierno, que es el derecho y la obligación de la oposición y de los medios de comunicación. Esto va de no mentir, de no utilizar políticamente la pandemia. Cuatro mil doscientas sesenta personas mayores han muerto en residencias de Madrid, que son de competencia autonómica, aunque parezca que se deba explicar todos los días la organización del Estado español, y otras 80 han fallecido en residencias de Asturias. Bueno, pues el PP asturiano, que allí está en la oposición, pide una comisión de investigación. ¿La pedirá en Madrid cuando reabran algún día el parlamento regional?

   Lo he dicho varias veces y lo volveré a repetir las que haga falta. Nadie en su sano juicio puede dudar de que todas esas administraciones, la central, las autonómicas, las municipales, de cualquier color político, está ahora mismo haciendo todo lo que pueden y se les ocurre para salir de esta. Pero desestabilizar en este momento o mentir, como se mintió en el 2004, en el peor atentado de nuestra historia, sin que hayamos escuchado todavía una disculpa, es una falta de respeto a los muertos, a sus familias y a quienes se están jugando la vida ahora mismo en una UCI, en la cama, o curando. Y a quienes no saben cómo van a vivir, no después de la pandemia, sino el mes que viene”. Es la editorial de Pepa Bueno en el HORA 25 de ayer por la noche y me parece de tan honda reflexión y tan cuajada de verdades que la he traído, tal cual y con alguna leve modificación, hasta este diario de mis incertidumbres.

   Y nada. Que dice el Fondo Monetario Internacional que la economía se desplomará un 8% y el paro llegará hasta el 21% y que de cumplirse la premonición, que se cumplirá, sería la mayor caída anual desde nuestra funesta Guerra Civil. Y mientras la carrera por hallar una vacuna efectiva se aceleran leo que sanitarios, cajeras y contagiados denuncian las peticiones de vecinos y caseros para que abandonen sus viviendas. Cuenta una enfermera que el día que comunicó a sus compañeros de piso que estaba contagiada de coronavirus su casero le dijo “era una egoísta porque trabajando donde lo hacía sabía que se iba a contagiar” y de inmediato le dijo que tenía que irse. Después saldrá el señor casero al balcón de su casa para aplaudir.

   Y a Jesús, le han dejado una nota en la puerta de su casa que dice: “Hola vecino. Sabemos de tu buena labor en el hospital y se te agradece, pero debes pensar también en tus vecinos. Aquí hay ancianos y niños. Hay lugares como el Barataria que está alojando a profesionales. Mientras esto dure, te pido que lo pienses”. El buen hombre llegaba a su casa después de trabajar 12 horas como médico residente en el Hospital Mancha Centro de Alcázar de San Juan y jamás esperaba ese mensaje después de deslomarse en su trabajo. Inhumano e incomprensible.

   ¿Y todavía alguien piensa que vamos a cambiar?. Ya saben que dice un refrán que a quien nace gilipollas no se lo quita ni Dios. Y es tan cierto como la vida misma. Igual que lo es que a quien carece del don de la empatía no habrá tampoco quien capaz sea de tatuárselo. Hay cosas que aprendemos. Esta es de las que nos dan implícitas cuando nacemos. Y si no la regamos se pudre. Como tantas otras.

   No necesito a mi lado a nadie perfecto. Me gustan los demás como son, siempre que no sean unos hijos de mala madre. Y me gustan como son porque hace ya demasiado tiempo que aprendí que jamás encontraré a una sola persona sin defectos. Y además, también tengo claro que esos que no comenten faltas suelen ser siempre, siempre, las eternas moscas cojoneras que nunca hacen nada.

    Tengan un buen dormir y piensen que nos queda un día menos. Para todo. A buen entendedor, ya saben.

 

                                                                    





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