
Has llegado hasta el blog de Mauro Navarro Ginés. Un cuaderno de bitácora donde se tratan los asuntos de la vida a través del poso añejo que dejaron los recuerdos sin nostalgias, las cotidianas reflexiones y sus diarios aconteceres. Si gustas, estas en tu casa. Siéntate a la mesa, busca y encontrarás .
Como mandamientos:
jueves, 30 de abril de 2020
Diario de Incertidumbres. 30 de Abril
martes, 28 de abril de 2020
Diario de Incertidumbres. 28 de Abril
miércoles, 22 de abril de 2020
Diario de Incertidumbres. 22 de Abril
lunes, 20 de abril de 2020
Diario de Incertidumbres. 20 de Abril.
sábado, 18 de abril de 2020
Desde la buhardilla 2. Momentos Felices de Gabriel Celaya.
Desde la buhardilla 1. Respuesta de José Hierro.
viernes, 17 de abril de 2020
Diario de Incertidumbres. 17 de Abril
Diario de Incertidumbres. 16 de Abril
miércoles, 15 de abril de 2020
Diario de Incertidumbres. 15 de Abril
martes, 14 de abril de 2020
Diario de Incertidumbres. 14 de Abril
A cierta edad, cuando me presentan
a alguien, ya no me importa si es bueno, malo, rico, pobre, negro, blanco,
judío, musulmán o cristiano. Me basta, y me sobra, con que sea un ser humano.
Peor cosa no podría ser. Lo decía Mark Twain en su vejez y hasta llevaba razón.
“Y parece mentira que, cuando más información tenemos a nuestra disposición, nos cuelen un mayor número de mentiras. Y no solo nos las cuelan. Hasta triunfan. En medio de una pandemia terrible, la saturación de mentiras, basura y bulos en España desprende un olor tan fétido que obligaría a todas las personas y partidos de bien, si los hubiera, a movilizarse para desmentirlas. ¿Por qué no se hace?¿Por qué no pasa? Sencillamente, porque se están utilizando políticamente para desestabilizar a un país que tiene, a fecha de hoy, más de 17.000 muertos, 169.000 contagiados y a 40 millones de personas metidas en sus casas.
Junto a las fronteras se han levantado las trincheras partidistas dentro de las cuales todo vale. Así, el ingreso mínimo o la renta básica, que reivindica hasta el Papa Francisco, en España se convierte en la prueba irrefutable de que nos gobiernan comunistas de la guerra fría soviética, o de la guerra caliente bolivariana, mientras se difunde que se van a expropiar viviendas particulares o nuestro dinero en el banco aterrorizando gratuitamente a las personas mayores. O nos llega la última barbaridad de VOX asegurando que se está practicando una eutanasia feroz en las residencias.
Todo vale porque algunos han olido sangre en la desgracia. Que este era un gobierno con debilidad parlamentaria lo sabíamos desde las elecciones. Por ello, la tentación de derrocarlo se impone a la necesidad de poner primero a salvo vidas y luego proteger a los más vulnerables. De la ultraderecha no podemos esperar que quiera a los españoles. Ellos solo se quieren a sí mismos. Y los de Torra, que son poco más o menos, andan ahora delirando porque reciben un número de mascarillas, dicen, que coincide con una fecha histórica.
Pero que el PP no se aparte de la utilización política de esta tragedia y algunos de sus dirigentes hayan difundido esas mentiras hiela literalmente el corazón. Esto no va de criticar al gobierno, que es el derecho y la obligación de la oposición y de los medios de comunicación. Esto va de no mentir, de no utilizar políticamente la pandemia. Cuatro mil doscientas sesenta personas mayores han muerto en residencias de Madrid, que son de competencia autonómica, aunque parezca que se deba explicar todos los días la organización del Estado español, y otras 80 han fallecido en residencias de Asturias. Bueno, pues el PP asturiano, que allí está en la oposición, pide una comisión de investigación. ¿La pedirá en Madrid cuando reabran algún día el parlamento regional?
Lo he dicho varias veces y lo volveré a repetir las que haga falta. Nadie en su sano juicio puede dudar de que todas esas administraciones, la central, las autonómicas, las municipales, de cualquier color político, está ahora mismo haciendo todo lo que pueden y se les ocurre para salir de esta. Pero desestabilizar en este momento o mentir, como se mintió en el 2004, en el peor atentado de nuestra historia, sin que hayamos escuchado todavía una disculpa, es una falta de respeto a los muertos, a sus familias y a quienes se están jugando la vida ahora mismo en una UCI, en la cama, o curando. Y a quienes no saben cómo van a vivir, no después de la pandemia, sino el mes que viene”. Es la editorial de Pepa Bueno en el HORA 25 de ayer por la noche y me parece de tan honda reflexión y tan cuajada de verdades que la he traído, tal cual y con alguna leve modificación, hasta este diario de mis incertidumbres.
Y nada. Que dice el Fondo Monetario Internacional que la economía se desplomará un 8% y el paro llegará hasta el 21% y que de cumplirse la premonición, que se cumplirá, sería la mayor caída anual desde nuestra funesta Guerra Civil. Y mientras la carrera por hallar una vacuna efectiva se aceleran leo que sanitarios, cajeras y contagiados denuncian las peticiones de vecinos y caseros para que abandonen sus viviendas. Cuenta una enfermera que el día que comunicó a sus compañeros de piso que estaba contagiada de coronavirus su casero le dijo “era una egoísta porque trabajando donde lo hacía sabía que se iba a contagiar” y de inmediato le dijo que tenía que irse. Después saldrá el señor casero al balcón de su casa para aplaudir.
Y a Jesús, le han dejado una nota en la puerta de su casa que dice: “Hola vecino. Sabemos de tu buena labor en el hospital y se te agradece, pero debes pensar también en tus vecinos. Aquí hay ancianos y niños. Hay lugares como el Barataria que está alojando a profesionales. Mientras esto dure, te pido que lo pienses”. El buen hombre llegaba a su casa después de trabajar 12 horas como médico residente en el Hospital Mancha Centro de Alcázar de San Juan y jamás esperaba ese mensaje después de deslomarse en su trabajo. Inhumano e incomprensible.
¿Y todavía alguien piensa que vamos a cambiar?. Ya saben que dice un refrán que a quien nace gilipollas no se lo quita ni Dios. Y es tan cierto como la vida misma. Igual que lo es que a quien carece del don de la empatía no habrá tampoco quien capaz sea de tatuárselo. Hay cosas que aprendemos. Esta es de las que nos dan implícitas cuando nacemos. Y si no la regamos se pudre. Como tantas otras.
No necesito a mi lado a nadie perfecto. Me gustan los demás como son, siempre que no sean unos hijos de mala madre. Y me gustan como son porque hace ya demasiado tiempo que aprendí que jamás encontraré a una sola persona sin defectos. Y además, también tengo claro que esos que no comenten faltas suelen ser siempre, siempre, las eternas moscas cojoneras que nunca hacen nada.

lunes, 13 de abril de 2020
Diario de Incertidumbres. 13 de Abril
La estratégica posición de Santa Cruz de Mudela en la carretera que conduce hacia Andalucía, a poca distancia de Sierra Morena, motivó que nuestros paisanos tomaran parte activa en la porfiada lucha por nuestra independencia(… no en vano tenemos varias calles que llevan nombres relativos a ella como homenaje) y fueron muchos los que nutrieron las partidas de guerrilleros que recorrían montes y sierras, amenazando constantemente al invasor de tal manera, que ni los destacamentos apostados para la seguridad de los correos (… que en aquel tiempo iban lógicamente a caballo), ni los militares en marcha, estaban seguros de una emboscada, de un ataque nocturno o de un asalto en toda regla.
A últimos de marzo de 1809 se detuvo en el pueblo un general del ejército francés que no encontró autoridad alguna a quien exigir comida para sus tropas puesto que todas habían abandonado la población. Nombró por ello alcalde a Sebastián José de Lamo, labrador al que considero la persona con más apariencia de entre las que quedaban en el pueblo. Y mal lo pasó el buen hombre porque, siendo muy frecuente el tránsito de tropas, tanto españolas, como francesas, pasó grandes apuros para darles la comida que, almacenada en El Pósito, se agotó completamente, con lo que los pobres vecinos hubieron de pasar hambre y calamidades de todo género.
Como han leído, este es otro de los rosarios de desgracias acaecidas en este pueblo del alma que nos vio nacer y donde, a lo largo de la historia, ha pasado, como en cualquier lugar, de todo.
Y de todo se aprende. De lo que bueno hubo y podemos repetir e, igualmente, de lo que malo fue ocurriendo, y no conviene olvidar, para que no se repita. Por ello, y haciendo buenas las palabras de George Carlin, acuérdense de ser amables con quien ahora les admira, porque esa personita crecerá muy pronto y se alejará de ustedes. Acuérdense igualmente de abrazar (… cuando nos dejen y puedan), a los que tienen cerca porque ese es el único tesoro que pueden dar con el corazón y, además, no les costará un solo euro. Díganle a su pareja, a sus hijos, y a quien buenamente deseen, que les quieren. Y díganlo sinceramente, porque un beso y un abrazo reparan una herida cuando se dan con toda el alma. Y cuando tomen de la mano a esos que quieren, atesoren ese momento, porque un día esa persona ya no estará a su lado. O ustedes al suyo. Y dense tiempo, mucho tiempo, ahora que nos sobra, para querer, conversar y compartir sus más preciadas ideas. Y recuerden siempre QUE LA VIDA NO SE MIDE POR EL NUMERO DE VECES QUE TOMAMOS ALIENTO, SINO POR LOS EXTRAORDINARIOS MOMENTOS QUE NOS LO QUITAN.
Hoy también me dio por rememorar un retazo de nuestra no tan lejana historia. Esa que conviene que pase de unos a otros para que nunca caiga en el pozo del olvido. Que es donde suelen caer muchos acontecimientos por miedo a volver a eso que ahora se conoce erróneamente como reabrir las heridas. Seguro que pocos sabían que en el Pósito, (…lugar como antes les decía, que fue escuela, sede de falange, lugar de juegos y ocio en los tiempos de la OJE, del añorado Club Septum y del recordado GRUPO TEATRAL MUDELA), habían ocurrido los desgraciados hechos que les he narrado. Pues les diré más. También fue cárcel durante los días de nuestra sangrienta guerra civil. Y de allí salieron, para ver la luz por última vez, los frailes del Colegio de San José que fueron vilmente asesinados en el cementerio de Valdepeñas. ¿A que tampoco lo sabían? Siempre se habló poco de ello debido a las reticencias de las que les hablaba antes.