Hoy, en el último día de un mes de
marzo que pasará a la infamia de la historia, recojo un artículo de José
Fernández Díaz que ha puesto mi apreciada amiga Paloma Martínez en su perfil de
Facebook. Dice así: “El advenimiento del virus ha dejado al desnudo la
insolvencia intelectual y operativa de gobiernos supuestamente sofisticados que
desoyeron varias veces las advertencias científicas, que no se prepararon para
una pandemia largamente anunciada y que ni siquiera hicieron simulaciones
económicas para esta eventualidad. Con la misma negligencia estaban atendiendo
el calentamiento del planeta que nos llegará con maremotos, ponzoñosas
enfermedades tropicales y otras formas del infierno. El drama no nos pisa los
talones. Nos espera cómodamente delante, afilando su guadaña.”
Y remata:” Nadie conoce en detalle lo que ocurrió realmente en
China. Solo se sabe con certeza que hubo demasiado silencio (ahí la libertad de
expresión no existe) y que se les permitió a miles de turistas chinos que
visitaran e infectaran alegremente Europa durante un mes. Pero su presidente
parece ser que representa a un nuevo Mao y que, por lo tanto, es de
reaccionarios o de xenófobos criticar sus estrategias y secretismos. Además,
admiremos lo extraordinario que resultó su remedio, amigos lectores: El amado
líder se pasea por la grande y libre Wuhan mientras el mundo se incendia. No
les extrañe que encuentre la vacuna y encima nos salve a todos”. Díganme si no
da en que pensar este a artículo del que solo les traje unos retazos.
Entretanto, me entero de que hay alcaldes catalanes que han pedido ayuda al Ejército
Español a pesar de los dictados del más tonto que han parido por aquella tierra
y que responde al apellido de Torra. ¿Habrá de haber ser humano más majadero
que este hombre? Ha empezado un goteo de municipios que se han desmarcado de la
Generalitat pidiendo la colaboración de las Fuerzas Armadas para frenar el
avance del virus y, en la eterna contradicción que les caracteriza del “me
acuerdo de Santa Bárbara cuando truena”, la siempre vacilante Ada Colau, que
había rechazado la presencia, hace solo unos días, del ejército en el Salón de
la Enseñanza, reclama, ahora que se ve con el agua hasta el cuello, la pronta
actuación del mismo con el fin de construir un centro de alojamiento para las
dos mil doscientas personas que duermen cada noche al raso en las calles de
Barcelona.
Y, en el colmo de los despropósitos, el pájaro del que hablábamos antes casi
acusa al gobierno español de dejar de morir a los catalanes en una entrevista
concedida a los ilustres ingleses de la BBC, (tanto monta, monta tanto, Isabel
como Fernando) y además, como coronación de la desfatachez, envía cartas de
queja a los mandamases de la Unión Europea. Mientras, su compañera y portavoz,
de quien no pondré nombre porque el escribirlo en su jerga me resulta harto
complicado, afirma ahora que “no es el momento de hacer política si no el
momento de remar juntos” y pide, con un buen pedazo de morro, que sea el Estado (que
al parecer ahora existe) el que soporte el peso económico de esta crisis”.
Olvidó pedir la devolución de las competencias en Sanidad e Interior congeladas
con el estado de alarma como había venido insistiendo últimamente en casi todas
sus comparecencias. Será que ahora no le apetece tanto. Arrepentidos los quiere
el señor.
Dice la santa, que anda visionando Cuatro en la televisión, que están diciendo
en la misma que los señores diputados, y por defecto también las señoras que
ostentan idéntico cargo, van a cobrar su sueldo íntegro, además de dietas y
desplazamientos en estos días en que se están rascando la entrepierna, aún más,
en el sillón de su casa. Lo busco de inmediato en Internet y no encuentro
noticia concreta que me aclare este asunto por lo que deduzco que, o hay
secretismo al respecto o es mentira. De cualquier manera, y por si acaso, si
cierto fuera, sería vergonzoso que cayendo la que les está cayendo a una
inmensa mayoría de los que les votaron y les pusieron ahí, no sean capaces de
quedarse con el sueldo, que ya es amplio, mientras donan lo que ahora no se gastan
para lo que sea necesario en el combate de esta plaga. O lo hacen, o habrá que
tomar las calles cuando nos quiten las caenas reclamando el fin de los
privilegios de esto que ahora parece que ya no es casta.
Y hoy, tengo que terminar, porque lo merece, con una mención a lo escrito en
Facebook por mi apreciado amigo Tomás Ángel Felipe. ¡Qué gran persona es este
buen hombre a quien siempre acompaña una sonrisa en el semblante! Ha tirado
unas fotos desde la ventana de su casa y en ellas podemos observar la soledad
del parque vacío en el que, según nos dice, hasta el canto de las aves, parece
diferente. Y le viene al recuerdo el bullicio habitual de cualquier martes. El
rumor familiar de de los vendedores que madrugan para montar sus puestos de
ropa, de frutos secos, los de los churros, los que venden los zapatos, el del
furgón de los pollos, el que nos trae los huevos y tantos otros que siempre
tienen como primeros clientes a los que primero ponen el pie fuera de la cama,
y que suelen ser los mayores. Esos que vivieron en sus carnes otro tiempo de
calamidad, y aguantaron para que ahora diezme sus filas este bicho de
invisibles alas.
Y siente, el amigo Tomás, una honda preocupación hacia estos vendedores
humildes que pertenecen a la clase de los autónomos de abajo, a esos que casi
siempre les cuesta llegar a fin de mes y que fueron los primeros en tener que
echar el cierre a sus negocios con la incertidumbre de tener conciencia clara
de que si no venden lo que tienen difícil lo van a tener para poder continuar
adelante. Por ello, y porque lo merecen, hoy nuestro aplauso lo daremos por
ellos.
Aunque habrá de ser ficticio porque llueve mientras escribo estas líneas como
si hubieran abierto de golpe todas las compuertas del cielo decretando un segundo
diluvio universal. Aunque ya no esté Noé. Tenemos un Noel, pero no va en barco
sino en grúa. Y cierto es que también nos salva a veces. ¿O no?
En fin, que un día más obviare hablar de lo que todos conocemos y es
preferible olvidar. Salud, fuerza y hasta mañana. Si Dios lo quiere.
Sigue escribiendo el diario que siempre ayuda un gusto leerte.Un saludo mon ami
ResponderEliminarGracias amiga Marisa. Esperemos que así sea. Que será y se hará. Y tu tan lejos. Cuídate. Besos.
EliminarMuchas gracias Mauro, estoy de acuerdo contigo en muchos de tus impresionantes relatos, quizás por que hoy has tenido la deferencia de dedicarmelo, es por ello que coincido absolutamente en todo. Me quede abrumado de leerte describiendo lo que expuse esta mañana, leyéndote incluso es más bonito. Me quedo muy agradecido por tu dedicatoria y se la hago extensiva a todos los vendedores ambulantes y a todos los autónomos con empresas pequeñas de mi población, de veras que me pongo en su lugar y lo paso mal. Orgulloso de permanecer en el tiempo dentro de tu magnífica página. Tampoco creo que sea tan buena persona como dices, lo de la sonrisa si es cierto a veces pienso que nadie tiene culpa de tus problemas y si tu sonrisa hace más feliz al que te cruzas en la calle, pues eso que ganó. No obstante fué arriesgado, vaya ser que hoy tengas menos entradas en tu reflexión. Un abrazo amigo y te debo una también lo mereces. Buenas noches.
ResponderEliminarQue me vas a deber, si hasta me diste el último cigarro que, al menos hasta ahora, me he fumado🤣🤣🤣. Pues mira que, salvo cuando llega la hora de escribir el relato que pongo cada año en el libro de festejos, y que suele versar sobre recuerdos añejos del pueblo, llevaba tiempo sin que me apeteciera escribir tan de seguido. Y fue esto de la reclusión, con el pasar de sus lentas horas, lo que me dio en pensar que hacer una especie de diario del día a día podía ser un entretenimiento productivo. Y aquí ando en ello como buenamente puedo. Me alegro de que te haya gustado aunque esa parte del relato la hiciste tu. Yo me limité a darle algo más de cuerda. nada más. Y si eres buena persona. Eso, por años, por mi oficio como confesor detrás de la barra y por vida transcurrida, te lo puedo asegurar. La cara es el espejo del alma. Nunca lo olvides. Me parece que no. Hoy batiremos el récord. Ya lo veras. Un abrazo y hasta cuando Dios quiera en el bar de la esquina. O donde sea. En el taller no , que de ser así es porque voy a llevarte cuartos. Y anda la cosa jodia
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