Hoy salté de la cama, (…
es un decir, porque ya no está uno para dar saltos) y lo hice, siendo este mal
asunto para comenzar con buen pie el nuevo día, con el cabreo que me produjo la
noticia de que va la Guardia Civil a montar miles de controles durante el
próximo fin de semana con la intención de disuadir al extenso rebaño de los
gilipollas eternos del suelo patrio de que partan, sin orden ni
control, de holganza hacia la costa o la casa del pueblo del que ya ni se
acordaban. Y me pregunto hasta que punto llega el grado deficitario de cerebro
en estos y en otros que, como si estuvieran de farra, encontró anoche la
policía en un sótano de parranda como si de la celebración de la Nochevieja se
tratara.
Amargan
aun más estos difíciles momentos comportamientos tan insensatos como estos,
siendo de agradecer y de ensalzar la enorme entereza con que la inmensa mayoría
del personal está en casa guardando esta especie de penitencial cuaresma
mientras que multitud de profesionales de muy diversos campos luchan contra
esta devastadora pandemia que ha hecho que incluso el ejercito (… tan poco
valorado tantas veces) empiece a montar hospitales de campaña donde atender a
los enfermos, cuando son ya más de mil los fallecidos a causa de esta lacra.
Y
levantaremos hoy un altar al más gilipollas de la patria, (… perdonen tanto
exabrupto pero lo tratado en esta ocasión así lo merece), al recordar sin que
lo merezca a un concejal, tonto esférico de la CUP, que alentó ayer a los
ciudadanos catalanes a “toser en la cara” a los militares españoles para que
“se marchen de Cataluña y no vuelvan más”. Valoren la categoría del personaje,
y por defecto de quienes le votaron, y seguro que acertaran si piensan que son
todos en conjunto una caterva de impresentables.
Vivimos
un tiempo en que la incertidumbre es una bomba de relojería. Y de ello se
aprovecharon siempre los que de estas situaciones saben sacar tajada. El miedo,
tan lógico y normal en estos convulsos días, siempre engendra miedo elevado a
pánico. Los virus, las epidemias y las pandemias, siempre estuvieron ahí, pero
ahora somos conscientes, minuto a minuto, de que cierran fronteras, tumban
poderosas economías y convierten el mañana y su horizonte en un incierto
interrogante. Pero saldremos. Pagando un precio lo haremos. No alberguen dudas.
Hoy
subió mi buen amigo Nacho una foto en eso del Facebook en la que se
oteaba al personal haciendo cola para entrar a hacer la compra en el
supermercado. Y rápido se montó el pollo con opiniones variopintas y de
distinto calado. En principio, no estaría de más que ahora, que no podemos ir
de compras a Valdepeñas ( … y quiero que quede claro que no somos en casa muy
de consumir productos que no estén adquiridos en nuestro pueblo) valoremos
justamente a los supermercados del pueblo, las carnicerías del pueblo y las
pescaderías del pueblo, porque son ellos y los que en ellos trabajan,
exponiendo su salud por ello, los que nos están abasteciendo en estos momentos
en que nos vienen mal dadas. Y si lo hacemos, sería también de agradecer y a su
vez deseable, que cuando este mal viento pase, no volvamos a las
grandes superficies valdepeñeras como tropa sin control a la busca de artículos
que bien podemos comprar en nuestro terruño ayudando a su desarrollo y riqueza.
Y
como no hay dos sin tres, terminaremos esta crónica diaria diciendo que otro
gilipollas llamado Boris Johnson acaba de decretar la orden que
obliga al cierre de bares y restaurantes en la siempre altiva Inglaterra. Le
empieza a ver las orejillas al lobo.
Que
tengan un buen descanso. Y si es posible, sin darle excesivas vueltas al coco.
Intuyo y sé que es difícil, pero no dejen de intentarlo. Hasta mañana amigos. Y
amigas.
no decaigas en tus escritos, que aunque no entremos a manadaas, si nos gustan ...al menos a mí... siempre tu comentarios.
ResponderEliminarDe las decadentes mentes, que vamos a decir. Es el tema principal de la sociedad actual ....Y pensando aunque sólo sea para mí. Pienso que quizá éste colapso mundial, sea una nota sin autor. Paisano a seguir cuidandose....en ello quedamos...
Gracias por tu comentario. Sobre todo porque eres el primero que llega en esta nueva etapa de mi escritura. la verdad es que la gente entra porque en el contador interno del blog empiezo a ver de nuevo movimiento, aunque, como bien dices, comenten poco. Y es verdad que eso me hace decaer. Pero aquí sigo. Yo no no dudo de que saldremos reforzados como sociedad de esta tremenda debacle. Otra cosa es que ese renacimiento subsista durante mucho tiempo. El ser humano es por naturaleza olvidadizo. Si nos vamos hacia atrás levemente en el tiempo lo podemos comprobar. Y así nos va. Un abrazo, aunque no sepa quien eres( ...¿te importaría hacérmelo saber) Salud y adelante. No nos queda otra.
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