Aquí me tienen un
día más frente al ordenador sin tener claro que parto alumbrar y menos aún los
derroteros por los que se va a desarrollar. Así, que empezaré por relatarles,
en este día del señor del 27 de marzo del 2020, algo más banal y relativo al cómo,
donde y cuando se elucubran estos escritos. Ya saben ustedes, o debieran saber,
que una vez garrapateados puestos son en mi perfil de Facebook, en
las diferentes páginas que tengo en esta conocida red, que ahora se llama
social, y en ese grupo de paisanos que, en idéntico lugar, se da en llamar
GENTE DE SANTA CRUZ DE MUDELA enlazando estos, y eso es cosa que me da la
impresión de que no tod@s conocen, con LA FACTORIA NAVARRO, que es mi blog de
escritos, audios, pulmonías y otras divagaciones desde hace más de diez años y
que está presto a recibir las 150000 visitas. Y digo esto porque cuando me
llegan los comentarios del día siempre son referidos a la escueta introducción
con la que en Facebook presento cada entrada no habiendo apenas referencias,
salvo las de mi apreciado amigo Vidal, al meollo de la cuestión que cada día se
trata.
Me acompañan, desde que empecé con este
alumbramiento, un par de lapiceros de tamaño medio que debieron de utilizar mis
hijos cuando iban al parvulario. Llevo también en el bolsillo del tabardo un
sacapuntas al que le supongo idéntica procedencia y una libreta que me
regalaron en la delegación de la Junta de Comunidades cuando era concejal y aun
me quedaba pelo, en la que apunto todo lo que oigo, veo, pienso y
considero que puede ser útil para el sermón de cada día. Así, con la llegada
del mediodía y después del “parte de guerra” que a esas horas nos dan por
televisión ya tengo una idea difusa de por donde encarrilar unos tiros que
siempre veo más claros después de echar una cerveza con su tapa y meterme entre
pecho y espalda el sustento que para esa jornada hayan preparado mis santas.
Y terminado este acto rutinario suelo leer un
rato hasta que llegado es el momento en que ponerme me pongo delante del
teclado. Aquí es donde empieza el cacao. Ordenadores tengo tres, aunque
juntos no hagan uno, y un lío, con tanto archivo desparramado, de tres pares de
cojones. El de sobremesa es una herencia de mi primo hermano Andrés Muñoz
“Colorin”, que opera aún con el Windows XP, (… una joya de las que ya no
quedan) que siempre utilizo para escribir porque soy de los que siente devoción
por los teclados de antes. Esos que tienen como virtud la solidez, la
consistencia y admiten, sin quejas de ningún tipo, buenos porrazos al teclear.
Hasta el punto de que le doy a las teclas con más ímpetu que lo hacía el cubano
Bebo Valdés cuando tocaba el piano.
A veces también le quito las telarañas a un portátil que duerme el
sueño de los justos y que adquirí cuando operaba sin mucho éxito lo que se dio
en llamar Windows Vista. Pero lo más habitual es que, una vez escrito el
relato, descargado sea en un pen para después editarlo con paciencia y mejoría
de medios en otro portátil que, ( … después de que se comprara uno como los que
operan en la NASA) heredado he de mis vástago primogénito y en el que suelo
terminar de vestir y darle vuelo a la paloma mensajera de cada día.
Y, a aquellos que puedan considerar que
mis apreciaciones siempre cojean sin remisión del lado izquierdo, hoy les daré
una alegría. Alabo el quehacer y me parece encomiable que el presidente gallego
Alberto Núñez Feijoo haya hecho una defensa cerrada de la cesión de equipos
materiales de UCI a la Comunidad de Madrid apelando a la “concepción de Estado
y de país con los pacientes” y precisando también que, llegado el caso, el
Ministerio de Sanidad debe de requisar todo el material que considere
necesario. Este es un dirigente ecuánime, justo y con sentido de Estado. Queda
dicho. Que conste y se levante acta.
Y en otro día negro, despediré esta crónica con un sentido
recuerdo para José, un anciano de 90 años que llevaba seis ingresado en la
residencia pública Doctor González Bueno, la más grande de Madrid (… y en la
que anda nuestro querido paisano Chus estos días echando una mano. Vaya una
hurra por él), con 617 internos, gestionada por el gobierno regional.
El sábado pasado comenzó a sentirse mal y
avisó a sus hijos. El domingo, y ante la insistencia de una de sus compañeras
de habitación, lo bajaron a la enfermería. Los médicos interpretaron que estaba
contagiado por el virus y lo aislaron en una zona restringida. Fue
entonces cuando su familia comenzó a llamarlo con insistencia a su teléfono
móvil. El hombre dejó de responder. Su situación había empeorado y en la
residencia no facilitaban información. La nieta de José telefoneó al centro el
miércoles 25 de marzo. Quería saber cuál era la situación de su abuelo. Un trabajador
social, después de consultar con parsimonia una base de datos le dio la
noticia:”lo último que te puedo decir, y siento darte esta mala noticia, es que
ha fallecido. Lo tengo aquí anotado. ¿No os habían comunicado el
fallecimiento?".
La situación es caótica y está desbordada,
pero, ¿tan complejo es que alguien contabilice quien fallece y haga, por
dignidad y respeto, una llamada de teléfono a los familiares de una persona
que, en el último aliento de su vida, no ha podido morir rodeado de los suyos?
Es incomprensible y lamentable.
Y nos iremos por hoy. No sin antes
desearles que se armen de valor, serenidad y paciencia ante lo que está por
venir porque lo pasado, pasado está. Buena noche con sus sueños. Yo me quedo en
la grata compañía de Simón y Garfunkel.
Mauro,sabes que me asomo por tu blog. Quizás eso de abrir boca por Facebook, haya hecho que la gente se quede sólo con el aperitivo, se sacien...y ya no tengan ganas de seguir comiendo.
ResponderEliminarYa sabes que me gustan tus " escritos" Éste tiene, algo bueno, y algo triste.
Me he hecho el propósito de no intoxicarme más con datos, cifras y todo lo me haga sentirme mal.
Es largo de contar la experiencia negativa, que tuve con tres garbanzos negros, dos de la guardia civil y una de la policía local. Por cierto daría juego en tu blog.Si tienes a bien, te cuento y, tú narras.
Como siempre...un placer leerte
Pues hazme llegar la experiencia por el medio que consideres oportuno y con prontitud le ponemos alas. A mi me gusta más escribir sobre otras cosas pero la idea de este diario nació por la situación que estamos viviendo. Y ahora, del pueblo y sin pisar la calle, se puede contar bien poco. Y además creo que el personal vive con tal acojone este presente que no es capaz de pensar en otra cosa. Y mira que yo, al menos hasta el momento, lo llevo muy relajadamente. Lo que tenga que ser será. Y no hay más. Para mi es un placer recibirte porque cada vez llama menos gente a esta puerta aun teniendo constancia por el contador interno de visitas de que el personal se asoma. Lo pongo en Facebook pero solo tienen que pinchar en el enlace para llegar hasta aquí. Pero creo que no saben. En fin, salud, una abrazo y que sea lo que Dios quiera. Que será.
Eliminar