Como mandamientos:

Es bueno ir a la lucha con determinación, abrazar la vida y vivirla con pasión. Perder con clase y vencer con osadía, porque el mundo pertenece a quien se atreve y la vida es mucho para ser insignificante.
Charles Chaplin

A veces uno sabe de que lado estar simplemente viendo los que están del otro lado.
Leonard Cohen

viernes, 27 de marzo de 2020

Diario de Incertidumbres. 27 de Marzo







  
    Aquí me tienen un día más frente al ordenador sin tener claro que parto alumbrar y menos aún los derroteros por los que se va a desarrollar. Así, que empezaré por relatarles, en este día del señor del 27 de marzo del 2020, algo más banal y relativo al cómo, donde y cuando se elucubran estos escritos. Ya saben ustedes, o debieran saber, que una vez  garrapateados puestos son en mi perfil de Facebook, en las diferentes páginas que tengo en esta conocida red, que ahora se llama social, y en ese grupo de paisanos que, en idéntico lugar, se da en llamar GENTE DE SANTA CRUZ DE MUDELA enlazando estos, y eso es cosa que me da la impresión de que no tod@s conocen, con LA FACTORIA NAVARRO, que es mi blog de escritos, audios, pulmonías y otras divagaciones desde hace más de diez años y que está presto a recibir las 150000 visitas. Y digo esto porque cuando me llegan los comentarios del día siempre son referidos a la escueta introducción con la que en Facebook presento cada entrada no habiendo apenas referencias, salvo las de mi apreciado amigo Vidal, al meollo de la cuestión que cada día se trata.
     Me acompañan, desde que empecé con este alumbramiento, un par de lapiceros de tamaño medio que debieron de utilizar mis hijos cuando iban al parvulario. Llevo también en el bolsillo del tabardo un sacapuntas al que le supongo idéntica procedencia y una libreta que me regalaron en la delegación de la Junta de Comunidades cuando era concejal y aun me quedaba pelo, en la que apunto todo lo que oigo, veo, pienso y considero que puede ser útil para el sermón de cada día. Así, con la llegada del mediodía y después del “parte de guerra” que a esas horas nos dan por televisión ya tengo una idea difusa de por donde encarrilar unos tiros que siempre veo más claros después de echar una cerveza con su tapa y meterme entre pecho y espalda el sustento que para esa jornada hayan preparado mis santas.
     Y terminado este acto rutinario suelo leer un rato hasta que llegado es el momento en que ponerme me pongo delante del teclado.  Aquí es donde empieza el cacao. Ordenadores tengo tres, aunque juntos no hagan uno, y un lío, con tanto archivo desparramado, de tres pares de cojones. El de sobremesa es una herencia de mi primo hermano Andrés Muñoz “Colorin”, que opera aún con el Windows XP, (… una joya de las que ya no quedan) que siempre utilizo para escribir porque soy de los que siente devoción por los teclados de antes. Esos que tienen como virtud la solidez, la consistencia y admiten, sin quejas de ningún tipo, buenos porrazos al teclear. Hasta el punto de que le doy a las teclas con más ímpetu que lo hacía el cubano Bebo Valdés cuando tocaba el piano.
   A veces también le quito las telarañas a un portátil que duerme el sueño de los justos y que adquirí cuando operaba sin mucho éxito lo que se dio en llamar Windows Vista. Pero lo más habitual es que, una vez escrito el relato, descargado sea en un pen para después editarlo con paciencia y mejoría de medios en otro portátil que, ( … después de que se comprara uno como los que operan en la NASA) heredado he de mis vástago primogénito y en el que suelo terminar de vestir y darle vuelo a la paloma mensajera de cada día.
     Y, a aquellos que puedan considerar que mis apreciaciones siempre cojean sin remisión del lado izquierdo, hoy les daré una alegría. Alabo el quehacer y me parece encomiable que el presidente gallego Alberto Núñez Feijoo haya hecho una defensa cerrada de la cesión de equipos materiales de UCI a la Comunidad de Madrid apelando a la “concepción de Estado y de país con los pacientes” y precisando también que, llegado el caso, el Ministerio de Sanidad debe de requisar todo el material que considere necesario. Este es un dirigente ecuánime, justo y con sentido de Estado. Queda dicho. Que conste y se levante acta.
   Y en otro día negro, despediré esta crónica con un sentido recuerdo para José, un anciano de 90 años que llevaba seis ingresado en la residencia pública Doctor González Bueno, la más grande de Madrid (… y en la que anda nuestro querido paisano Chus estos días echando una mano. Vaya una hurra por él), con 617 internos, gestionada por el gobierno regional.
     El sábado pasado comenzó a sentirse mal y avisó a sus hijos. El domingo, y ante la insistencia de una de sus compañeras de habitación, lo bajaron a la enfermería. Los médicos interpretaron que estaba contagiado por el virus y lo aislaron en una zona restringida. Fue entonces cuando su familia comenzó a llamarlo con insistencia a su teléfono móvil. El hombre dejó de responder. Su situación había empeorado y en la residencia no facilitaban información. La nieta de José telefoneó al centro el miércoles 25 de marzo. Quería saber cuál era la situación de su abuelo. Un trabajador social, después de consultar con parsimonia una base de datos le dio la noticia:”lo último que te puedo decir, y siento darte esta mala noticia, es que ha fallecido. Lo tengo aquí anotado. ¿No os habían comunicado el fallecimiento?".
     La situación es caótica y está desbordada, pero, ¿tan complejo es que alguien contabilice quien fallece y haga, por dignidad y respeto, una llamada de teléfono a los familiares de una persona que, en el último aliento de su vida, no ha podido morir rodeado de los suyos? Es incomprensible y lamentable.

     Y nos iremos por hoy. No sin antes desearles que se armen de valor, serenidad y paciencia ante lo que está por venir porque lo pasado, pasado está. Buena noche con sus sueños. Yo me quedo en la grata compañía de Simón y Garfunkel.

    




2 comentarios:

  1. Mauro,sabes que me asomo por tu blog. Quizás eso de abrir boca por Facebook, haya hecho que la gente se quede sólo con el aperitivo, se sacien...y ya no tengan ganas de seguir comiendo.
    Ya sabes que me gustan tus " escritos" Éste tiene, algo bueno, y algo triste.
    Me he hecho el propósito de no intoxicarme más con datos, cifras y todo lo me haga sentirme mal.
    Es largo de contar la experiencia negativa, que tuve con tres garbanzos negros, dos de la guardia civil y una de la policía local. Por cierto daría juego en tu blog.Si tienes a bien, te cuento y, tú narras.
    Como siempre...un placer leerte

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    1. Pues hazme llegar la experiencia por el medio que consideres oportuno y con prontitud le ponemos alas. A mi me gusta más escribir sobre otras cosas pero la idea de este diario nació por la situación que estamos viviendo. Y ahora, del pueblo y sin pisar la calle, se puede contar bien poco. Y además creo que el personal vive con tal acojone este presente que no es capaz de pensar en otra cosa. Y mira que yo, al menos hasta el momento, lo llevo muy relajadamente. Lo que tenga que ser será. Y no hay más. Para mi es un placer recibirte porque cada vez llama menos gente a esta puerta aun teniendo constancia por el contador interno de visitas de que el personal se asoma. Lo pongo en Facebook pero solo tienen que pinchar en el enlace para llegar hasta aquí. Pero creo que no saben. En fin, salud, una abrazo y que sea lo que Dios quiera. Que será.

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