Hoy comimos paella del señorito que
viene a ser, según el gusto de cada cual, aquella que lleva pescados, mariscos,
almejas, y lo que gusten de echarle, sin cascaras y todo pelado, para que lo
del comer sea cosa como de coser y cantar. Y empezado el sofrito con sus
condumios se me ocurrió, (… y es cosa a la que de un tiempo a esta parte todos
nos hemos acostumbrado), lo del poner una foto en el Facebook, con lo que, al
rato, me empezaron a llegar los habituales ME GUSTA acompañados de sus
comentarios.
Y
pensé, en ese preciso momento, que incluso pasando por el siniestro calvario
que estamos atravesando, aún tenemos el privilegio de sentir el calor de los
amigos, aunque sea a través de algo tan insólito hasta hace solo unos años como
el teléfono móvil. Se imaginan por un momento lo que hubieron de pasar los
pobladores de este lugar cuando en el año de 1834 el cólera inundó de muertos
el pueblo, sin las casas que hoy poseemos, sin un mísero cuarto de baño donde
asearse y en muchos casos, tal vez los más numerosos, ¿sin un mendrugo de pan
para llevarse a la boca? Aguantemos que esto no es nuevo.
Había estado anteriormente leyendo las
noticias en el ordenador. Nada halagüeñas, por cierto. Máxime cuando aquí
cerca, en la vecina población de Tomelloso, veinte ancianos han muerto sin el
calor de los suyos. Es algo que me rompe el alma. Y me la rompe porque esto del
vivir ya me ha puesto demasiadas veces en el trance triste y desolador de ver a
los míos partir. Trance duro, que lo es aún más, (… aunque no fuera mi caso)
cuando no les puedes acompañar en su partida.
Me
entero también, (… y que Dios me libre de desearle mal alguno) del ingreso por
dar positivo en este puto virus, en un hospital público, de la señora Esperanza
Aguirre y su marido. Solo espero, y no creo que sea mucho pedir, que cuando se
recupere tenga a bien considerar que es en un hospital público donde la están
atendiendo. A ella, que mientras fue la todopoderosa presidenta de la Comunidad
Madrileña no dejó de proclamar las “excelencias de la gestión privada sobre la
pública”. A ella, que siempre aseguró que, aunque el servicio público sea de
titularidad pública siempre debe ser gestionado por la empresa privada porque
es más eficaz y eficiente”. ¿Si las palabras pudrieran ahora como habría de
quedar esta insigne señora?
Por otro lado, me dice la santa que en la
China ya han controlado al bicho entre comentarios que parecen afirmar que aquí
somos todos tontos. Y le contesto que, en mi opinión, España y los españoles,
en según qué cosas, estamos a mucha distancia de los chinos. Es indudable que
tenemos mejores jamones, del vino ya ni te cuento, y a palmeros cuando estamos
de cachondeo no nos ganan ni todos los chinos de Pekín juntos. Pero otra cosa
amigos es lo del todos a una como en Fuenteovejuna. Estamos hablando de la que,
probablemente y con infinitas desigualdades, ya es la primera potencia del
mundo. Sin un chino estornuda el mundo entero agarra, (… y a las pruebas me
remito) un catarro de cojones. Supongan, por otro lado, que en esta España de
nuestros amores hace un mes nos hubiesen dicho que para Fallas Y Semana Santa
todos en casa. En diez minutos no más, y hasta me excedo, pide la patria entera
la dimisión del presidente y su equipo de gobierno al grito de hijos de p….
Díganselo a un hijo del terruño de Mao-Tse-Tung y me cuentan si protesta y algo
dice. Esa es la diferencia.
También me pasó ayer que creí estar en la
Nochebuena cuando vi que el Rey nos largaba con la llegada de la noche un
discurso pobre e insulso, porque nada nuevo dijo sobre la lacra que nos asola y
mucho calló sobre las vergonzosas haciendas de su emérito padre. Y decirles,
para ir terminando por hoy, que nuevamente salimos a aplaudir al balcón en el
noble empeño de homenajear a quienes se están dejando la vida en este empeño.
Felicidades a todos los Joses y Josefas, porque hoy se celebra su santo, e igualmente a los padres, entre los que me cuento, en el día en que se conmemora la onomástica horrorosa que les recuerda e inventada debió de ser por El Corte Ingles. Mañana veremos si es más y también mejor. Es cosa que, por ahora, dudo.
Felicidades a todos los Joses y Josefas, porque hoy se celebra su santo, e igualmente a los padres, entre los que me cuento, en el día en que se conmemora la onomástica horrorosa que les recuerda e inventada debió de ser por El Corte Ingles. Mañana veremos si es más y también mejor. Es cosa que, por ahora, dudo.
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