Como mandamientos:

Es bueno ir a la lucha con determinación, abrazar la vida y vivirla con pasión. Perder con clase y vencer con osadía, porque el mundo pertenece a quien se atreve y la vida es mucho para ser insignificante.
Charles Chaplin

A veces uno sabe de que lado estar simplemente viendo los que están del otro lado.
Leonard Cohen

sábado, 27 de noviembre de 2010

Sin grandes pretensiones y con lo justo.


    

   Pregúntame donde voy y te contestaré que a ningún sitio. Con los años y la calvicie, que no canas, he aprendido a no marcarme metas y menos aún imposibles sueños que después se me tornan montañas insalvables. Por ello vivo al día y con lo puesto que, tal y como está el patio, no es mal tesoro y en mi pensamiento no hay futuro, solo presente. En tiempos pasados gusté del sabor de la amargura, la incertidumbre del ¿qué será de mí mañana?, el sinsentido de ver murallas y miedo donde no había nada. Una cita de Julio Cesar se quedó grabada en mi eterna desmemoria: “cuando lleguemos a ese río, hablaremos de ese puente”. Pensé, medité y vi claramente la verdad que me enseñaba una frase tan aparentemente simple en su escueta brevedad. 

  A veces, y sin que las invite, siguen llamando a mi puerta ráfagas de mala racha, pájaros negros de mal agüero a los que ahuyento soltándole al perro. Y algo importante, he aprendido a enfrentar los problemas, los escollos que nos escupe la vida, mirándoles a la cara y sin dejarlos reposar para mañana. Por último, pregúntame que me motiva, porque vivo, que me apasiona. Si te contesto que la familia y mis hijos me dirás que es lo tópico y normal. Si por el contrario te afirmo que la música, mis libros, el cine, que no me cierren el bar de la esquina y ¡qué se yo!, afirmaras, ¡no sales de lo habitual! Me obligas, pues a confesarte que mi mayor afición con el pasar de los años, es perder el tiempo, respirar el aire, observar los pájaros, ver los arboles crecer, marchitarse, resurgir y esperar. Esperar con paciencia lo que haya de venir, que bienvenido será, si es positivo disfrutándolo y exprimiéndolo y si es adverso luchando contra el monstruo como buenamente se pueda. Porque ya dice el refrán, y me atengo a su premisa, que “no hay bien ni mal que cien años dure”. Ni cuerpo, digo yo, que lo resista.
      




1 comentario:

  1. Dice mi Bea que te queremos como persona, como amigo y como escritor.
    Tus relatos siempre son un toque al corazón y los sentimientos, conectando con alma de mucha gente.
    Gracias por dejarnos estas pinceladas de vida.

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