Como mandamientos:

Es bueno ir a la lucha con determinación, abrazar la vida y vivirla con pasión. Perder con clase y vencer con osadía, porque el mundo pertenece a quien se atreve y la vida es mucho para ser insignificante.
Charles Chaplin

A veces uno sabe de que lado estar simplemente viendo los que están del otro lado.
Leonard Cohen

lunes, 18 de junio de 2012

De piscinas e inauguraciones.

     
       
   Amigos y amigas, lectores y lectoras, ya saben ustedes, fieles seguidores de los relatos de este relatador sin fuste y con poco orden, que no es su posada de escritos lugar donde se suela hablar de política y menos aún de los que portan sobre sus hombros el ejercicio de esta práctica, tan vilipendiada y difamada en estos oscuros días. Se limita el escribidor, de cuando en vez y de vez en cuando, justo es reconocer que con poca asiduidad, a relatarles algunos hechos de su andar por el cabildo municipal en los años en que fue edil del pueblo y del corral con sus gallinas. Tiempos que le llevaron a conocer personajes de cualquier calaña, los unos mezquinos, los otros cicateros y por contra y en el polo opuesto, a gente extraordinaria, servicial y considerada.

    El escribidor tiene cita, que el después citado ni recuerda, con el antiguo alcalde de la villa y amigo del alma José Antonio López Aranda en día y a hora concreta para asistir a la inauguración de las nuevas instalaciones en la Piscina Municipal, que por fin y dados los tiempos de escasez que rondan por la madre patria y los presupuestos de sus gobernanzas  han podido ser terminadas y que ante la inminencia de la llegada de Don Estío, con sus tábanos, abejas y hormigones cabezones de ala, ha de ser puesta en inminente funcionamiento para solaz entretenimiento de los aborígenes de la villa, que si están cerradas las infraestructuras dicen y pregonan el “que cuando coño las van a abrir” y si están abiertas se quedan en la poltrona echando una buena siesta.

     De esta manera hemos quedado, como los novios de antes, citados al calor de la barra de un bar, lugar tan apetecible y gustoso para la gente del andar mundano y que no podía ser otro, por aquello de la cercanía a las respectivas mansiones que habitamos, que el Tapicao de nuestros amores. Así, tras el café pertinente, un servidor de ustedes, por aquello del trabajar con nocturnidad y el dormir después de que canten los gallos, ha degustado apenas hace una hora unas alubias pintas con su correspondiente morcilla, motivo que le da que pensar si no habrán de venir en momento tan inoportuno las temidas flatulencias tan apegadas siempre a su ser. De cualquier manera, momento adecuado es para tomar la estimulante bebida y con ella despabilarse para soportar la maratoniana jornada de trabajo que se avecina. Así y después de la llegada del antedicho, un “mal queda” que decimos en el pueblo puesto que tarde llega, marchamos los dos juntos y en buena compaña atravesando el estanque estancado del Parque Municipal hacia la puerta de la piscina, donde serpentean difuminados los invitados al evento.

     Uno recuerda, recordando sus tiempos de munícipe, aquellos años gloriosos en los que todo era fasto y oropel, esos tiempos en los que hasta los más tontos capaces eran de hacer como encajes de bolillos. Si les cuento, aunque bien sé que lo saben, que hubo un país llamado España donde se vivía, perdonen la insolencia, de puta madre y en el que todo bicho viviente se creía en el derecho de tener al alcance de su mano inalcanzables manjares, podrán tacharme de fatuo, petulante o engreído, pero es cierto amigos y amigas míos, que quisimos una meta inalcanzable envuelta entre sombra y humo. Y se preguntan, bien supongo que lo hacen, a cuento de que esta homilía si hablando estábamos de inauguraciones. Les cuento y quedan tranquilos. Uno no está en semejante evento por lo que en él se celebra, que viene a ser a fin de cuentas más de lo mismo, de aquello que bien pudo disfrutar en los años en que fue dignatario del corral antes mencionado. El escribidor asiste a este acontecimiento con la intención de saludar a un buen amigo, a la autoridad que habrá de venir a darle principio y estreno a la piscina.

     Así, mientras charlando estamos, hace su aparición Nemesio de Lara, presidente de la Diputación de Ciudad Real, que como siempre exhibe la sonrisa franca y el mirar sereno. Se preguntaran nuevamente porque me detengo en hacer minuciosos estos detalles y habré de decirles que siempre odié las manos tendidas a medias, esas que no aprietan, las que flácidas se escurren como impregnadas en sudores de aceite. Por ello me congratula decir que este hombre honesto apenas tiende manos. Este hombre abraza, abarca y palmea la espalda en un gesto sincero, campechano y sencillo que conmueve y hasta emociona.

     Terminado el acto, charlando al arrullo fresco de una cerveza, desgranamos algunos aspectos de estos tiempos convulsivos y compruebo, aunque dudas no tenía, que a Nemesio le preocupa lo que ocurre a pie de calle, que sufre con los que sufren y que vive sumergido en la misma impotencia que a todos nos envuelve, sin saber a ciencia cierta cual habrá de ser el elixir que cambie el negro destino al que parecemos abocados.

     Y ahora viene cuando más de uno y una dirán para sus adentros que a quien subscribe le dio hoy por el peloteo y habrán de comentar algunos lo del algo se anda buscando y otras lo del ya se lo tenía “buscao”.  Pues miren no. Bastante tuvo un servidor de ustedes que aguantar en los tiempos en que fue autoridad con poco mando esos dichos que aseguraban que cerca estaba el día en que habría de meter en el baúl de los recuerdos, aquel que inmortalizó Karina, la camisa blanca y el pantalón negro de camarero, para irme a desarrollar tareas de más enjundia y contenido. Todos y todas, tan parlanchines ellos y ellas, hubieron de darse en los cables, como se dice en el pueblo, cuando comprobaron para su fastidio y mi cabreo, porque no decirlo, que habría de seguir al calor de la barra del bar por los siglos de los siglos y amén.

     Termina pues la visita. El amigo Nemesio parte hacia un nuevo destino y a un servidor de ustedes le queda un dulce regusto en el interior. Ese que se posa en los adentros cuando sientes cerca a la buena gente, a la que deja poso y sustancia de por vida. No se inquieten, queridos todos y todas, que volveremos pronto con los recuerdos, esos que tanto les gustan, porque todo es a su tiempo, aunque uvas haya en habiendo.

 

     
                                 
                                                                     
    
    

15 comentarios:

  1. chapeau, mi buen Mauro, chapeau
    "alvarito"

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Escueto y breve pero muy halagador. Gracias "Alvarito". Y a ver si te vas a marear en tu travesía transoceánica. Saludos

      Eliminar
  2. No por enmendarte la plana amigo Mauro, se decía -y se dice- darte en los alambres, no en los cables, aunque tu dirás, ¿ después de tanto tiempo sin decir ni pío, ahora escribes para esto?. No, por supuesto que no, es que de alguna manera había de comenzar, y retomar de nuevo el hilo, (y hasta el pabilo) del tiempo que hace que no derramo mis "amorcillados" dedos sobre el teclado.

    A ver si ahora, que dentro de una semana tendré el horario de verano, es decir, por la tarde toca solaz y asueto, por que yo no soy de siesta, volver a importunaros con algún "folletín" de los que solía hacer, bien rememorando viejos tiempos, o alguno mas cercano a lo actual.
    Espero que me disculpes este tiempo ausente, pero como se que, -al igual que yo-, nos hemos criado y bebido de las mismas fuentes, ya sabes que, primero es la obligación, y después la devoción, y así no he tenido mas remedio que ponerlo en practica.

    Como siempre, un placer leerte, y un fuerte apretón de manos, a mi no se me escurren como si de aceitosas estuviesen.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ya se te echaba de menos por estas lides. Hasta pensaba un servidor, equivocadamente, que habías abandonado a este pobre factor sin estación, porque a los fijos se les espera siempre como agua de mayo. La "jodias" obligaciones nos tienen el seso "sorbio" y total para que cualquier día nos vayamos a donde cantan los serenos sin compasión de ningún tipo. Así que a ver si te llega pronto el relax y empiezas otra vez con tus historias. saludos y se le espera...

      Eliminar
  3. No es por devolver cumplidos, no es hablar por hablar, no es por quedar bien: ya me gustaría a mí, cuando sea mayor, pensar y escribir y pensar como lo hace el bueno de Mauro. Y ahí va un abrazo, amigo Mauro

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Nemesio. Ya veo, y me congratula, que se siente usted joven. ¡Que "jodio", cuando sea mayor! . A buen seguro ya nos nos saldrán los dientes de leche. Es que es un gusto echar un rato con vuesa merced y había que contarlo. Un abrazo recíproco Nemesio y a seguir con la lucha ...

      Eliminar
  4. Gracias Maurito, da gusto leerte, escribas lo que escribas es una gozada, por el buen rato que nos haces pasar, y te dire que tu fuste y orden, estan en su justa medida, en el tiempo y momento que tienen que estar, no cambies nunca, un abrazo artista...Ah! y no soy anonima soy Victoria, es que ye me conoces, este chisme algunas veces se me sube a la chepa, no doy con el tranquillo, y solo se mandarlo asi...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ya supongo que quien dijo olé arriba fue su merced cuando acertó una vez más con este invento. Veamos, te lo explico otra vez que te veo un poco espesa, solo tienes que darle a la flechita en la que pone responder como y en vez de darle a anonimo, te vas a la casilla donde pone nombre, pones el tuyo, envías y punto pelota. Ya quisiera no cambiar, pero mira si llevo cambios que de pesar Kilo y cuarto el día del dolorido parto, (... ya le dijo mi abuelo Santiaguillo a mi madre aquello del "que descansando te habrás "quedao", hija mía), he pasado a tener un tonelaje de ochenta y cuatro, que siendo, como es uno, español de los sesenta con poca estatura, ya es una considerable carga con su barriga incluida. Y encima me dices artista. Verás como al final lográis conseguir, entre los unos y las otras, que salga a la calle con poses de estrella. ¡Y un huevo, que diría el otro!. Anda manda otro mensajito haber si le enganchas ese tranquillo perdido. Un abrazo y gracias Victoria por ser tan fiel a este cansino escribidor.

      Eliminar
  5. Maurito es cierto que, aunque no corren buenos tiempos para los politicos, no todos son iguales. No conozco mucho a Nemesio pero, como mínimo, me parece honrado y buena persona. Luego cada uno tendrá su criterio.
    Es cierto eso que dices que cuando te estrechan la mano hay gente que se les ve venir. A mi tampoco me gustan esos que te la estrechan como si estuvieran cogiendo una berenjena, sin fuerza ni ánimo.
    Como siempre amigo mío, dos besos retorcíos.

    ResponderEliminar
  6. ES cabal, honrado y desprende esa empatía que solo da la buena gente. Por supuesto que no todos los politicos son iguales. Hay montones de personas trabajando desinteresadamente en este mundo voraz que son criticados y vilipendiados por incompetentes sin juicio ni valores. ¿Verdad que es cierto lo de la mano?. A veces parece que se la estrechas a un ser muerto. Bueno, que ya están aquí las calores y un servidor "achicharrao" bajo el toldo de la terraza está pensando en darse un buen baño. Así que si te apuntas, te espero. Un besazo retorcío de vuelta, "pa" ti y "pa" la prole.

    ResponderEliminar
  7. No si al final salgo yo maestra en estos menesteres, un abrazo Maurito, y gracias por tu paciencia, tu vales mucho como profesor, pero hijo, yo soy un desastre como alumna...Ah! y Geacias, me has echo pasar un buen rato con tu contestación...

    ResponderEliminar
  8. Te voy leyendo de forma aleatoria,pero siempre con el mismo placer y deseo.
    Nemesio, a mí también me parece un gran tipo. Ah,coincido contigo,en el malestar que me produce estrechar una mano de "esas"que tan bien has descrito.
    Te seguiré leyendo hasta que tú quieras.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo quiero que me leas siempre. Lo complicado es que pueda lograr escribir asiduamente, sobre todo porque este puñetero trabajo que me tocó en suerte me roba demasiadas horas y me agría en exceso la vida en ocasiones. Las manos caídas de babosa siempre me resultaron repugnantes. Por ello Nemesio abraza. Un saludo. Hoy me dijo la santa que te vio por el pueblo.

      Eliminar