Debe pensar el lector que el
escribidor es hombre de buen yantar acompañado del necesario y justo beber; es
por ello que ha optado por abrir una nueva senda en esta procelosa tarea de la
escritura y el escrito, para expandir el abanico de sus artículos a lo que
podríamos llamar recetario de cocina, no como siempre se hizo y como fue hecho
al uso, sino de una manera más dicharachera y festiva.
Serán las llamadas migas del pastor, la pitanza destinada a ser comida,( no es
este plato para degustar en las anochecidas de invierno, largas e
interminables, y reposar en la cama, ya que dado el carácter de sus
ingredientes y la solidez de sus compuestos, podríamos hacer bueno el refrán,
añejo y cierto que asevera lo de que de “comidas y de cenas están las
sepulturas llenas”), el suculento plato con que dará comienzo este
singular recetario, este muestrario de recetas de la manchega tierra del
hidalgo Don Quijote.
Así que, puestos a empezar, dejémonos de adornos, florituras y empalagos y
digamos que prestos habremos de ir a comprar, como dos o tres días antes de
degustar tan apreciado alimento, un par de panes de kilo de los de antes o para
ser explícitos y concisos, de los que adornan su contorno con cuatro hermosas
orillas a la panadería del pueblo, a la de Emilio Piña; nada de bollos y barras
de las vendidas en tiendas y supermercados que bien parecen como rellenos de
aire, sin textura ni consistencia.
Obrando en nuestro poder los citados
chuscos, con paciencia y sosiego,(prepárense por ello lo que bien les pueda
apetecer, vino, cerveza o agua si se es abstemio y llegado el caso) y vayan
picando el pan hasta desmenuzarlo,(… un consejo; si tienen abuela o
persona entrada en años y que con poca hacienda, tenga tiempo y paciencia, es
esta tarea y menester que pueden delegarle por aquello de hacer ejercicio para
la artrosis de manos y porque cansa y harta hasta reventar), en trocitos
del tamaño de una uña, por poner un ejemplo, dejando reservado y cortado en
trozos de mayor tamaño la parte de la corteza, vulgarmente los cortezones.
Terminada la tarea busquen un paño de cocina, o un trozo de muselina de una sábana
cualquiera y mójenlo con agua, depositando en sus entrañas el pan, dejándolo
reposar la noche de autos y a la espera de afrontar ávidos y con empeño en el
nuevo día que aflora, el cocinado de las manchegas migas, de tan exquisito
plato.
Digamos, ya lo olvidaba, que son las migas alimento de invierno cocinado en
hogares con lumbre y leña, aunque en los tiempos actuales el escribidor del
recetario también utilizó para su hacienda cocina de butano y hasta ¡vitrocerámica!
pero hoy, en este preciso instante pensemos en el fuego y digamos que ya
bullen, los estamos viendo, en la chimenea sendos maderos de encina a la espera
de consumirse y quedar reducidos a brasas y rescoldos. Cuando esto ocurra,
cuando el fuego sea breve y pausado, pondremos la sartén en la lumbre y
cubriremos el fondo con dos dedos de aceite del molino de San Sebastián y
llegado este a su ebullición, antes de que se queme, freiremos primero los trozos
de corteza de pan, que una vez dorados y fritos apartaremos y después una
docena aproximada de ajos rajados por su mitad, a los que rápido añadiremos
unas tiras de tocino veteado, que aquí llamamos “mesao”, cortadas en trozos
pequeños y que una vez doraditas y tostadas apartaremos junto a los ajos, hasta
que llegue su turno y alternativa.
Llegado pues es el momento, ya llega la etapa reina, de tomar un refrigerio, un
buen vinito Raíces, un vermut del Agapito o una gorda de Isaito, o sea lo que
nos venga al gusto y una tapita para afrontar con empeño y paciencia la larga
travesía que habrá de llevarnos a la meta, al remate y colofón de la montaña.
Hemos puesto la sartén fuera del fuego y en el aceite que en su fondo reposa
añadiremos como medio litro de agua, diluyendo en el la sal que consideremos
conveniente y al gusto. Realizado este último menester, mucho queda por hacer y
poco por explicar ya que todo se reduce a volver a colocar la sartén sobre la
lumbre y verter en ella el pan, moviéndolo sin parar, no se nos vaya a quemar,
hasta que se vaya soltando, haciéndose como grácil y bullicioso. Será esta
tarea aproximada de un par de horas que habremos de acometer con bebidas y
viandas varias, bebiendo, comiendo y platicando y no se olvide el guisandero de
obligar a los mirones, que deseosos están de engullir las migas, a que se
afanen en la tarea de menear por riguroso turno el contenido de la sartén ya
que, de lo contrario, habla la voz de la experiencia, empachado acabara de
migas antes de haberlas catado.
Y así cuando veamos que los ojos se nublan por el esfuerzo y otras cuestiones,
y el pan se suelta, tiene color y textura, echaremos sobre su lecho los ajos,
el pan tostado y el tocino que bien mezclado con las migas y después de otro rato
de meneos nos habrá de dar el ansiado plato, que, acompañado de uvas de la
manchega tierra y tintorro de Fernando Castro, hará el deleite de los paladares
y el gusto de los comensales.
PD.” En toda celebración aflora algún capullo o distraída rosa; por ello si
vieran que alguien come pan comiendo migas, pueden decir que es falto de luces
y entendimiento, pues comer pan con el pan, parece cosa de tontos.”
( ... perdone también mi osadía, este plagio de idea sin perdón, mi buen amigo
Pepito Leré, que me lo puso tan a huevo, como se dice por estos
rincones, que no me pude sustraer al gusanillo de plasmarla y hacerla
realidad).
Y esos hombres meneando las migas, charlando y picando algo de jamon , bebiendo vino o cerveza y disfrutando de la compañia de los amigos.
ResponderEliminarHace poco que nos juntamos unos 20 e hicimos migas para todos, claro que ¿ a quien toco menear las migas? a los hombres , que buenos ratos.
Gracias por compartir.
Yo también tengo una sección de historietas y recetas :D
ResponderEliminarAlgo abandonadica últimamente, es verdad...¡Voy a probar esas migas!
Besos
Gracias Alma, Gracias Zamora, por estar ahí, casi detras de la puerta y comentar cada escrito que os llega. Como son tan pocos los que se asoman, no sabeis la ilusión que me hace. Decirte Alma, que si acometes la hacienda de las migas, sigas paso a paso lo expuesto, pues de lo contrario te saldrá un batiburrillo totalmente incomestible. Es algo que parece facil, pero es realmente complicado. Gracias nuevamente amigos y besos, abrazos ....
ResponderEliminarY después del buen yantar
ResponderEliminarque las migas proporcionan
las tendremos que reposar,
durante mas o menos dos horas.
Pues nada mas terminar
y al calor de los rescoldos
no es conveniente el andar,
mas sano es el reposo.
Con café, cubata y puro
y música de Gardel
arreglaremos el mundo,
o lo que queda de el.
Se desgranarán asuntos
despacito y con tentén
y los que no hicieron las migas,
que ahora frieguen la sartén.
Una vez reposadas
las migas, como es debido,
hay que preparar la ruta
y elegir un buen camino.
Camino que ha de gastar
el tocino y los testones,
las uvas, el pan "de a kilo"
y los demás tropezones.
Y antes del camino empezar
y ponerse en movimiento,
muy importante preparar,
agua como "pa" un regimiento.
Una delicia, amigo Mauro, que nos sugieras estas recetas que nos sirven de recuerdo de algunas que nos hemos comido en las Virtudes. Pero las mas ricas, están aún por llegar.
Para la próxima, ya sabes, migas para comer y rosquillos de postre, aunque para desgastarlas habrá que ir y venir dos veces a la chaparrera.
No estamos ya para tantos trotes Pepillo y como dice nuestro común amigo Sabina,AHORA QUE me acerco irremisible A MIS CUARENTA Y DIEZ, voy deseando menos paseos y mas tertulias al ladico de la lumbre. Si es mediodia con un vinito Raices, una gorda de Isaito o un vermut del Agapito y al coronar la sobremesa nuestro 103 con coca cola. Todo sin prisa, pero como diria el otro amigo, Serrat, sin pausa, como el calabobos. Pensaran los lectores que somos borrachines de codo en barra y tampoco es lo cierto aunque la sostenemos con gusto; solo pasa queridos amigosque uno, por desgracia, siempre vivió como dicela canción AL CALOR DE LA BARRA DE UN BAR, y queramos o no algo se pega. Iremos a la Chaparrera o al Colmenar del Sota a poner una pica en Flades. Un besazo.
ResponderEliminarDeberíamos hacer una estampida de retorno a ese tiempo. De hecho, es fácil traer el rekuerdo y el aroma de esas migas y esas manos. Buen almuerzo después de un galope, si señor, y de paso rekuperar fuerzas....las de entonces y las de ahora.
ResponderEliminarUn beso Aragonés
Deberíamos hacer una estampida de retorno a ese tiempo. De hecho, es fácil traer el rekuerdo y el aroma de esas migas y esas manos. Buen almuerzo después de un galope, si señor, y de paso rekuperar fuerzas....las de entonces y las de ahora.
ResponderEliminarUn beso Aragonés y van tres
Como a nuestro parecer cualquiera tiempo pasado fué mejor, cosa en la que no creo, aunque en estas esencias vitales y en lo que de humano y conciliador tenian las gentes que nos antecedieron, en el trato y el vivir, si las envidio. Cuando quieras pasas por estas tierras y al calor de la lumbre hacemos unas miguitas a las que Alma queda invitada y mi hermano Pepe Testón emplazado para, junto con este su amigo del alma,menearlas sin parar en la sarten. Un besazo manchego
ResponderEliminarNingún incoveniente tendría en comer esas migas... Las como, pero no las hago. Su dificultad la veo en la cantidad del aceite. Secas...malo, aceitosas.... peor.Pienso que como en todo, es cuestión de "pillarles" el tino, y presiento que vosotros se lo tenéis bien pillao". Ah, las menearía encantada.
ResponderEliminarSaludos
Pues cuando quieras estas invitada, aunque la verdad es que en Las Virtudes las habremos hecho un par de veces porque es comida de mucho currar y nosotros allí vamos a darle a la de sin hueso y a pasar un buen rato. Solemos hacerlas más en la casa de mi suegra, que hace los preparativos y después pide socorro y ayuda. De todas maneras y hasta ahora cuando las hago, al menos se pueden comer. Saludos recíprocos
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