Vivimos en un mundo de opulencia, de abundancia en demasía. Añoramos y buscamos un ambiente feliz y por ello, desenfrenadamente y sin mesura, compramos el último modelo de coche, ordenador, televisor, móvil o cacharro de ultima generación que se le parezca. Compramos, compramos y compramos, o al menos así lo hemos estado haciendo, hasta que la soga que pendía sobre nuestras cabezas ha caído por su propio peso amenazando con ahogarnos. Ahora que la espada de Damocles cuelga y amenaza con cortarnos el pescuezo sin piedad, elevamos nuestras quejas a las alturas y exigimos, con premura y angustia que los poderes que nos llevaron al borde del abismo, bancos y banqueros, gobiernos y gobernantes, vengan prestos a salvarnos de la hoguera, de esa inmensa pira que estos nuevos inquisidores nos fueron preparando sin piedad. Ignorantes. ¡Pobres diablos, reos del bienestar y de la apariencia!.
Me gusta vivir bien, cubrir mis necesidades; no seré profeta y mucho
menos iluminado. Por ello digo, y quiero que quede claro, que no intento pedir
a nadie un voto de pobreza y menos aún pregonar que la penuria, la indigencia o
la simple miseria sean síntoma de rectitud, dignidad y honradez. Solo decir que
fuimos por delante o lo que es lo mismo, comimos tantas perdices que ahora nos
cuesta, perdonen los lectores la soez expresión que viene a continuación, cagar
las plumas.
¿Y saben lo más triste?. Pienso que en esta vorágine consumista no nos
dimos cuenta de que no éramos felices. ¿A cuántos les abandonó la risa y les
consumió la ansiedad y el stress?, para llegados a un punto final ser
conscientes de que todos esos cacharros, artículos de lujo a fin de cuentas,
objetos muertos, nos dejaban vacíos e insatisfechos mientras aparcábamos
valores esenciales de la vida; la amistad, el amor, el afecto y algo importante
amigos, la empatía, ese ponerse en el lugar del que sufre y lo pasa mal.
Tal vez era una pizca de amor lo
que nos faltaba....
Nuestros trajes tendrían que ser así: Por sombrero la amistad, de corbata la justicia y el afecto de camisa. Probablemente estos trajes cuesten poco dinero pero dan mucha dignidad a los que los llevan puestos.
ResponderEliminarNos seguiremos esforzando por conseguir mas prendas de este tipo.