No quiero recordarte madre entre los velos de bruma
que poblaban tu mirada en el último eslabón de tu existencia. Los ojos acuosos,
perdidos en un vacío que parecía disiparse entre horizontes de olvidos en
los que ya no eras capaz de recordar nada que no fuesen pequeñas migajas del
pasado, vagos recuerdos escondidos desde hacía tiempo en los cajones del
abandono. Solo a veces, ironías que se escondían en el fondo de los pozos
negros en aquel ultimo discurrir, me reconocías como tu hijo y parecías
recordarme como tal; otras muchas te afanabas en pensar que era un ser
desconocido o hasta mi buen padre, tu recordado marido, aunque no llevase en la
mano aquella garrota que su sempiterna cojera le obligó a portar para siempre y
de por vida. Y recuerdo también madre, y ese recuerdo me da paz y hasta
sosiego, los últimos días de hospital en que peine tus cabellos, limpie de
lágrimas tus ojos y enjuague las llagas de tu boca mientras te cubría de besos.
Prefiero retener para siempre, y así va
ocurriendo con el pasar ineludible del tiempo, lo que de bueno vivimos juntos.
Y, si tengo que quedarme con algo, hacerlo con el ejemplo de entrega y
dedicación que fuiste capaz de llevar a cabo durante demasiados días a lo largo
de una vida que vio por primera vez la luz en el seno de una familia humilde,
pobre y vestida con el único atributo de su propia dignidad. Todos los días
recuerdo tu imagen, sigo tu consejo y añoro tus sencillos guisos. Esos que me
hiciste apuntar hace más de veinticinco años en una pequeña libreta de espiral
y que, por mucho que lo intento, soy incapaz de elaborar con tu exquisita
maestría.
Y hoy, que se cumplen
tres años de tu partida, dondequiera que estés, que será el lugar que da cobijo
a las buenas personas, recibe un beso enorme. Te sigo queriendo madre. Y jamás
te olvidaré.
Hermosísimo y emocionante recuerdo el que le haces a tu querida madre.Como siempre un placer!
ResponderEliminarSalió del alma. Un gusto volver a recibirte.
EliminarConmovedor, Mauro. Muy hermoso.
ResponderEliminarGracias Marisol. Te conozco?. No te pongo cara. Gracias por llamar a mi puerta
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