De tierno infante en los cochecitos de la familia Mena |
Y no habría de ser este asunto complicado de
llevar a cabo teniendo en cuenta que en el ferial estaba instalada la gran
caseta de los Botas tirando cerveza fresquita y la terraza de Ceferino con la
mejor pista de baile, como así se decía y anunciaba, donde se bailaba al son de
las modernas y agradables melodías que tocaba la Orquesta Bórax, venida desde
Córdoba y cuyos éxitos y actuaciones, así se aseguraba y tenía mandanga, eran
conocidos en toda España y buena parte del extranjero. También se encontraba
cercano al ferial el local de Jacinto Mayoral Laguna, a quien todos conocimos
como El Parralo, sito en la Calle del General Espartero y que se
anunciaba diciendo:”La mejor animadora de las fiestas del lugar es, sin
duda, La Parrala, porque no tiene rival. Jacinto, que bien lo sabe, la instaló
en un buen local, para que alegre y anime al que se quiera alegrar. Sustanciosos
bocadillos La Parrala piensa dar, a quien yendo a visitarla demuestre su
paladar. Aperitivos sin tasa y hasta guindillas asás, berenjenas especiales y
aceitunas aliñás, cerveza “pa” los señores y vino sin bautizar”, en unas
estrofas compuestas por quien llamaban Malaco.
A las seis de la tarde, hora taurina y sin par, se
anunciaba que en la Plaza Santuario de Las Virtudes tendría lugar una gran
novillada de feria en la que serían lidiados cinco hermosos y escogidos
novillos de la ganadería preferida por El Litri y Manolete actuando en el
primero la aplaudida rejoneadora y formidable caballista hispanoamericana
Lupita Barroso quedando garantizado, (…tengan en cuenta que eran tiempos de
burros, mulas y carros), el servicio de autocares de ida y regreso a Las
Virtudes para presenciar tan grandioso espectáculo. Me da por pensar, y creo
que con razón, en la que se debió de organizar en la plaza con el visionado de
amazona de tales bríos en aquellos tiempos tan poco dados a los oficios de
condición femenina y de machos ibéricos con un par.
Terminada la corrida, y a las ocho de la tarde,
tuvo lugar en el Real de la Feria, otorgándose premios a los mejores atalajados
y enjaezados, un desfile de coches y caballistas y a las 9 de la noche, (con
la llegada de la brisa marina tan escasa por estos lares), conciertos de la
Banda Municipal y atracciones con sus verbenas. Nada fuera de lugar como podrán
comprobar puesto que el ser humano, y más aun los manchegos de ibérica y
quijotesca condición, siempre tuvimos inclinación por la fiesta y el cachondeo
a las primeras de cambio. Al día siguiente se anunciaba, y así continuó siendo
durante las fiestas, el despertar a las 6 de la mañana al son de la música que
esparcía con sus notas la Banda Municipal y a eso de las 10, ( …imagínense
como habría de discurrir aun la vida en este nuestro suelo patrio de charanga y
pandereta al que empieza a parecerse el actual), un reparto de víveres en
la Casa Consistorial (…aquella que un conocido guardia municipal dijo que no
existía cuando preguntado fue por unos viajeros visitantes por el lugar en que
se encontraba ubicado el Ayuntamiento), para los pobres de solemnidad, que
debían de ser, en aquel tiempo de escuetos recursos, todavía unos cuantos. A
las 7 de la tarde, con el sol del estío calentando, y para no perder comba, se
celebró un concierto, digo yo que en el famoso Pabellón de La Música que
decenios después sin éxito se restauró, y se anunciaron cucañas, (…aun
me vienen al recuerdo el palo encerado y el gallo expectante arriba), y
juegos de diversión, además de algo que me deja como a cuadros, porque no logro
discernir de que se puede tratar, llamado fuga de globos grotescos y que, si
descifran de que pudo tratarse algún@ que los disfrutase, agradecería que
me lo comunicara puesto que vivo sin vivir en mí, ante la irresolución
del asunto, como la santa noble de Ávila.
Al día siguiente y en la Verbena Villa Aurora,
regentada por Los Botas, tuvo lugar un concurso de cante y baile de jotas
manchegas y en la última jornada hubo una carrera de burros con premios en
metálico. Aun me parece estar viendo a ilustres caballistas de la villa y sus
contornos, de muy humilde condición, transportando sus reales a lomos de
aquellos pollinos que sembraban el pueblo de boñigas y paraban en seco cuando
les venía en gana haciendo descabalgar al jinete que presto se ponía a tirar
del ramal o de la cola con el peligro acuciante de que el borrico le
descerrajase una coz en la cabeza aplastándole los sesos. Sin mucho más que
resaltar los festejos se clausuraron a las 3 de la mañana, prisa como pueden
comprobar no había, del día 23 de julio.
Y como a modo de crónica, que le habrá de gustar a
los lectores de más tierna condición, decirles que por aquel lejano año aún
funcionaba la fábrica de aceites de la viuda de Peñuelas en lo que hoy es el
Mercasantacruz. Que en el Paseo de Calvo Sotélo, ahora de Castelar, estaban los
Almacenes de Gracia vendiendo, (… ¡menudo puzle, ríanse ustedes de los
actuales inspectores de sanidad!) azúcar, sal, coloniales, cereales,
hierros, chapas, herramientas agrícolas, abonos y carbones minerales. Y decir
también que Antonio Laguna Velasco, que aún no debía de tener el estanco,
además de ser agente de paquetería, vendía en su mercería de la Calle del
Capitán Casado perfumería, medias, calcetines, hilaturas y un gran surtido de
bisutería además de las mejores lanas para todas las labores. Y referir
igualmente que Ladislao Muela Aragonés, a quien todos conocimos como El Patito,
aún no había inaugurado el cine de la Calle Cervantes donde tenía una tienda de
ultramarinos, alpargatería, abonos, maquinaria agrícola, leñas, carbones y
espartería, además de ser el representante de la conocida marca Ajuria que
distribuía trillos, aventadoras, segadoras y trilladoras. Y diciendo, (… esto
tiene tarea) que:” la bomba atómica concluyó la pasada guerra y un
platillo volante inicia la nueva contra los altos precios surtiendo de calzado
barato el almacén de Amando Serrano Guzmán, anunciaba el susodicho su
tienda de zapatería en el local donde en estos tiempos languidece la Caja de
Castilla La Mancha.
Por fin, y, para terminar, con esta homilía que
comienza a ser larga, decir que la Falange, partido único del régimen, despedía
el escrito que incluyó en el programa de festejos dejando esta perla: “No
te decimos aparta. Te arrollaríamos sin esfuerzo alguno, pero ese no es nuestro
ánimo. Aspiramos a vivificarte. Nuestro optimismo no tiene límites”. Para
echártelos de amigos, me digo yo.
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